El italiano Vincenzo Nibali (Astana) se alzó ayer con la victoria en la vigésima etapa del Giro con un tiempo de 5:27.11, para finalizar en lo más alto una ronda que ha dominado con autoridad y que se adjudicará hoy, después de encontrarse con Fabio Duarte (Colombia) y Rigoberto Urán (Sky) como acompañantes a 17 y 19 segundos, respectivamente, tras unir las localidades de Silandro y Lavaredo con 210 kilómetros de asfalto.
A falta de la última etapa, un paseo por el norte de Italia entre Riese Pio X y Brescia donde concluirá la aventura, el ‘Tiburón’ terminó en primer lugar en medio de la nieve. Supuso su segunda victoria de etapa en la presente edición y el golpe definitivo con el que cantar victoria. Así las cosas, Nibali termina en la general con 4.43 minutos sobre Rigoberto Urán y 5.52 sobre el australiano Cadel Evans (BMC), que baja un puesto. Por su parte, el español Beñat Intxausti (Movistar) concluirá octavo, a 10.26.
No estaba prevista la machada de Nibali. Si el Giro no estaba sentenciado, él quiso hacerlo, finalizando con una épica subida en solitario a Lavaredo para concluir el remodelado recorrido a causa de la nieve. El primero que intentó fugarse en solitario y, de hecho, lo estuvo durante gran parte de la carrera, fue Pavel Brutt (Katusha).
Le siguieron durante mucho tiempo el holandés Pieter Weening (Orica), Stefano Pirazzi (Bardiani) y Darwin Atapuma (Colombia). El fugado estaba a dos minutos, los mismos a los que se encontraba el grupo de la ‘Maglia Rosa’. La diferencia fue limándose a cada pedalada, hasta que el grupo de Weening y compañía alcanzó a Brutt a ocho kilómetros de la línea de meta.
El otro pelotón, donde Carlos Betancur (AG2R) tiró en gran parte de la carrera, se fue acercando. Al inicio del ascenso a Lavaredo ya no quedaban escapados. Fue en ese momento cuando Nibali decidió emprender el camino en solitario. El golpe sorprendió a todos. Con él se fue Betancur, pero se quedó. El italiano marchó en solitario ampliando su ventaja y demostrando fortaleza sobre el colombiano y Urán, que lanzó un ataque decidido a robar la segunda plaza a Evans. Un poco más tarde se unió Duarte, que finalizó la etapa en la segunda plaza, porque la gloria fue para Nibali.
El ganador se dará hoy un baño de masas en su camino a Brescia, en una jornada prácticamente llana con la que se pondrá punto final a un Giro marcado por las inclemencias meteorológicas.
