La fiesta de La Catorcena, organizada este año por la parroquia de San Andrés llega a su fin con la procesión eucarística que ayer se desarrolló por las calles de este barrio del centro de la ciudad y la celebración de una misa por los difuntos que tendrá lugar esta tarde.
El ambiente que ayer reinó en las calles del barrio de San Andrés deja ver que a través de cinco siglos de pervivencia, la festividad de exaltación eucarística en recuerdo del “milagro del Corpus” ha evolucionado del desagravio que, cuentan los antiguos relatos, la originó a la fraternidad entre los vecinos y nacidos en la parroquia, que promueve en la actualidad.
Rezan las viejas crónicas que en 1410, reinando en Castilla Juan II, “acaeció una cosa admirable y espantosa», de grande admiración y perpetua memoria. Una hostia consagrada, que había sido arrojada por un malvado a una caldera de aceite hirviendo, se alzó en el aire, movida por un impulso sobrenatural, y ante el asombro de los presentes voló como una paloma inmaculada y se posó suavemente en un rincón tranquilo, donde refulgía como una estrella. Desde aquel maravilloso evento, que debió conmover hasta el tuétano a los vecinos de Segovia, las catorce parroquias que entonces había en la ciudad se alternan para celebrar la función de La Catorcena.
Los vecinos que ayer degustaron un aperitivo en la plaza de La Merced, tras la procesión, aseguraban que en la actualidad esta fiesta resulta ser una convocatoria de reunión para residentes y nacidos en el barrio, y sirve para que todos, al menos cada 14 años, compartan su vinculación parroquial. Además, ayuda a “cargar las pilas entre todos y a poner a punto nuestra iglesia”, comentaba Angel Román Fresnillo, el secretario de la Hermandad de Donantes de Sangre de Segovia, nacido y criado en San Andrés, que este año ha sido el encargado de dar lectura al pregón de fiestas. En concreto, en la iglesia de San Andrés se ha cambiado el sistema eléctrico y se “ha hecho una limpieza general”, —comentaban los vecinos—, que ha permitido mostrar piezas de platería guardadas en el templo y exhibir vestimenta litúrgica.
La principal fiesta religiosa se celebró ayer al mediodía, cuando después de la misa concelebrada, presidida por el vicario general de la Diócesis y párroco moderador de la Unión Parroquial ‘Segovia Centro’, Andrés de la Calle García, se realizó una solemne procesión eucarística desde la plaza de la Merced, donde se encuentra la iglesia de San Andrés, hasta el convento de Corpus Christi, donde tras una oración, el cortejo regresó al templo parroquial. La procesión con el Santísimo llevado a hombros y bajo palio congregó a decenas de personas vinculadas con el barrio, llegadas incluso desde otras provincias, y conquistó la atención de los turistas que se encontraban visitando el recinto histórico de la ciudad. Representantes de la cofradía de La Minerva, de la asociación de la Adoración Nocturna y de la Junta de La Catorcena formaron parte del cortejo junto a autoridades civiles y religiosas. El desfile religioso fue acompañado con la música de un grupo de jóvenes formados por Wenceslao Huertas.
Ornamento litúrgico
Con motivo de la celebración de La Catorcena la parroquia de San Andrés ha instalado en el interior de su iglesia una exposición de ornamento litúrgico que muestra varios ternos de los siglos XVI, XVII y XVIII, de tisú, terciopelo y seda. Un escrito de la profesora María del Carmen Hernández San Frutos acompaña la muestra explicando que en la liturgia anterior al Concilio Vaticano II se denomina ternos al conjunto de ornamentos sagrados que utilizan sacerdotes, diáconos y subdiáconos en las misas solemnes y procesiones. Los ternos están formados por casullas, dalmáticas, estolas, manípulos, sobrecuellos y capa pluvial. Es vestimenta diseñada para ser vista por la espalda pues así eran las celebraciones religiosas”, recuerda la experta en Historia del Arte. La exposición podrá visitarse a lo largo del mes de septiembre en horario de cultos, los sábados a las siete de la tarde y los domingos a la una del mediodía, según explicó el párroco Fortunato de Blas.