El ciclista español Alberto Contador (Saxo-Tinkoff) logró ayer su tercera Vuelta a España, una vez concluida la misma con una contrarreloj de 9’7 kilómetros en Santiago de Compostela marcada por la lluvia y en la que se impuso el ciclista italiano Adriano Malori (Movistar), tras sus triunfos en 2008 y 2012, en una edición en la que además se adjudicó dos etapas y en la que le acompañaron en el podio final el británico Chris Froome (Team Sky) y su compatriota Alejandro Valverde (Movistar).
La última etapa de La Vuelta a España cambió su habitual escenario y se trasladó a Santiago de Compostela para conmemorar el VIII Centenario de la Peregrinación de San Francisco de Asis a Santiago. Por ello los corredores acabaron, tras tres semanas recorriendo España, en la Plaza del Obradoiro, lugar en el que finaliza el Camino de Santiago.
Calma
El día lluvioso hizo que los corredores se tomaran con calma una contrarreloj cuyo corto recorrido ya hacía prever pocas cosas significativas de cara a la general. El especialista Malori -actual campeón de Italia contrarreloj- fue el vencedor de la etapa, pero el gran protagonista del día fue, como no podía ser de otra manera, Contador.
El madrileño sumó su sexta Gran Vuelta (Tour de Francia 2007 y 2009, Giro de Italia 2008 y Vuelta a España 2008, 2012 y 2014)-que serían ocho de no ser por el Tour de 2010 y el Giro de 2011 que le fueron retirados por su sanción por dopaje-, demostrando que en los últimos diez años no ha habido ni hay mejor corredor de rondas de tres semanas.
En esta ocasión el pinteño hizo el más difícil todavía. Se adjudicó una Vuelta a España que contó probablemente con la mejor participación de su historia y lo logró tras una caída en el Tour de Francia que le supuso una fractura de la meseta tibial. La lesión hizo que el de Saxo Tinkoff diese por imposible su presencia en la ronda española en un principio, pero pocos días antes de dar comienzo Contador cambió de opinión y confirmó que finalmente sí estaría en la salida de Jerez de la Frontera.
Según dijo, su objetivo era ir cogiendo sensaciones poco a poco para en la tercera semana de competición poder luchar por algún triunfo de etapa en las montañas astur-leonesas. Esas eran en principio sus intenciones, pero conociendo al campeón español ninguno de sus grandes rivales se las creyó. Como no podía ser de otra manera hablando de Contador, el dos veces ganador del Tour mostró desde el primer día que no estaba dispuesto a ser una mera comparsa.
Nairo
En los primeros días, con las subidas a La Zubia y Valdelinares incluidas, no cedió tiempo con ninguno de los favoritos y se mostró el más fuerte de ellos junto a los Movistar Nairo Quintana y Alejandro Valverde. La caída del colombiano en la contrarreloj de Borja, cuando era líder de La Vuelta, evitó que se pudiese ver un duelo que se preveía magnífico. Ese mismo día Contador se vistió de rojo, maillot que no abandonó hasta el último día.
Y es que con la retirada del vencedor del Giro de Italia parecía que la cosa quedaba algo descafeinada. Pues por lo que se había visto hasta el ecuador de La Vuelta Froome no parecía en plena forma, tras haber sufrido también una caída en el Tour, Valverde no parecía capaz de mantener un gran nivel tras el esfuerzo que realizó en la ronda gala y a Joaquim ‘Purito’ Rodríguez se le notaba un punto por debajo del resto.
