Hace no demasiadas fechas, coincidiendo con la derrota de la Gimnástica Segoviana ante el Villa de Simancas, un exjugador azulgrana afirmaba que tradicionalmente al conjunto gimnástico siempre se la habían atragantado los equipos situados en la zona baja de la clasificación. El pasado domingo, en La Nueva Balastera frente a un Cristo Atlético que no había ganado un solo partido en la competición, la Segoviana volvió a corroborar esta teoría, con una derrota de la que Santi Sedano se autoinculpó en buena medida, al afirmar que no había sabido motivar a sus jugadores como sí lo hizo en el encuentro de la jornada anterior frente a la Arandina.
Porque lo cierto es que, en la presente campaña, la Gimnástica Segoviana se ha mostrado como un equipo durísimo de batir para los conjuntos de referencia en la categoría, tras haber derrotado a Arandina, Palencia y Numancia B, los tres primeros clasificados, y haber empatado en el campo del Beroil Bupolsa y Atlético Bembibre, cuarto y quinto respectivamente.
Sin embargo, la realidad es bien distinta cuando se trata de medirse a los equipos de la zona baja de la clasificación. Así, las dos únicas derrotas que ha cosechado el equipo de Santi Sedano en la Liga se han producido ante rivales situados en los puestos de descenso: El Villa de Simancas, en la que fue la primera victoria del equipo vallisoletano, y el Cristo Atlético, que hasta el pasado domingo tenía un cero en su casillero de partidos ganados.
Esa endeblez ante los equipos en teoría inferiores es la que ha impedido a la Segoviana acceder este fin de semana a las plazas de fase de ascenso, aunque éstos todavía no quedan lejos, puesto que los empates de los cuatro primeros clasificados han propiciado que nadie tome distancia en los puestos de honor.
