Medio centenar de niños de la localidad ha ocupado la mayor parte de sus mañanas de verano en el campamento urbano organizado por el Ayuntamiento.
En él han participado seis monitores y dos voluntarios que se han encargado especialmente de instruirlos, acompañarlos y orientarlos en sus actividades.
Los pequeños han mostrado a diario su satisfacción ante la diversidad de actividades organizadas. Debido a la amplia franja de edades que ha comprendido el campamento, normalmente se ha procedido a dividir a los niños en grupos para lograr un mejor desarrollo de las propuestas para cada día. Así, los pequeños se dividían en grupos de 3 y 4 años, 5 y 6 años , y 7 en adelante.
Gymkanas por equipos, manualidades, reciclaje, representaciones e incluso unos cabezudos para las próximas fiestas de Cuéllar han sido solo algunas de las actividades que han realizado niños y monitores.
Asimismo, los viernes todos recibían con entusiasmo la visita de una monitora de medio ambiente; con ella han aprendido cuestiones de la flora y la fauna, han hecho murales, talleres y todo tipo de trabajos relacionados con los ecosistemas y la naturaleza.
Con la incorporación de voluntarios al campamento, las actividades también se ampliaron, y se sumaron algunas clases o juegos en inglés.
A diario, el campamento se ha desarrollado en las instalaciones del colegio Santa Clara, ocupando su gimnasio y antiguo comedor; también la parte exterior que contaba con sombra ha permitido realizar juegos al aire libre.
Además, los pequeños han hecho numerosas salidas; en dos o tres ocasiones a la semana se han hecho excursiones a los espacios más significativos de la localidad, como la sala cultural Alfonsa de la Torre, la Bilioteca Municipal Cronista Herrera, el Pabellón Polideportivo Municipal, el Parque de la Huerta del Duque y Las Tenerías, donde incluso pudieron poner nombre a los peces que habitan en los estanques de sus jardines.
A pocos días del final del campamento, monitores y niños disfrutaron de una macarronada en el patio del colegio Santa Clara; todos lo pasaron en grande compartiendo esta comida con sus nuevos amigos.
Hinchables y piñatas elaboradas por ellos mismos han hecho de estos últimos días una fiesta para despedirse de la mejor manera posible.
La experiencia ha sido todo un éxito y ha conseguido el objetivo marcado por el Ayuntamiento: permitir a los vecinos de la localidad con hijos en edad escolar compaginar la vida laboral y familiar de manera económica.
