Lo primero que nos liga a estos partidos es una sensación de flaqueza, de pereza incluso, con una Liga en marcha y si nos alegramos es por esas banderas que vemos por los campos que denotan que los Erasmus siempre se lo pasan bien, haya partido o no.
España lo pasó un poco peor y eso era algo con lo que contábamos pero no tanto. La derrota de ayer sirve para romper estadísticas que se suscribían desde 2006 donde los rivales siempre fueron inferiores. Tanto o como el de ayer, que planteó un partido, el suyo, que dejó a España fuera de combate y con una derrota más moral que de puntos dota de más pereza si cabe para presentarnos en Luxemburgo.
Mazazo
Lo mejor que podemos decir del primer gol de Eslovaquia es que Iker anteriormente había sacado un balón providencial a Mak de esos que dan esperanza y raspan dudas. Lejos de eso, Casillas se comió un disparo de manual.
Un chut seco tras una falta a 30 metros del área que fue por el centro con visión total para el portero que sumó un ladrillo a lamontaña de arena de errores que poco a poco le sepulta. Cayó al lado contrario del balón, apoyando la rodilla y con la mano floja. El balón, un cañón, fue a la red por el centro, por donde nunca puede ir.
El resto no fue mucho mejor. La presión eslovaca funcionaba y las contras de Weiss hacían daño. El principal peligro español surgió de la banda de Juanfran que corrió kilómetros y kilómetros y pensamos que habría que pararle con una pancarta de ‘Stop’ como a Forrest Gump.
Arriba Diego Costa se enfrascó en una pelea tabernaria con Skrtel, un capitán de navío en puerto de brazo tatuado a lo Prison Break que le mantuvo alejado de su juego y buscó única y exclusivamente el gol, que no llegó.
Segunda
Los minutos más brillantes llegaron al inicio de la segunda parte cuando las combinaciones fueron más directas y apareció Iniesta que ya ha admitido su veteranía, aunque su pausa -en momentos preocupante- estanca al equipo y lo dota de una potencia como de pila de petaca.
Del Bosque quiso dar el golpe de efecto con la salida de Pedro por Albiol lo que en parte, colapsó la banda de Juanfran. Mientras tanto, el peligro llegaba constantemente por los córners botados por Cesc y cabeceados por Piqué, uno tras o otro sin fortuna alguna.
Quien si la tuvo, como calidad que tiene fue Paco Alcácer que, salido del banquillo, completó su dos de dos tras un estupendo centro de Cazorla. El gol es atribuible también a un movimiento de Costa que arrastró a los defensas y dejó al valencianista en posición provilegiada. Sirva esto para dar una idea a Del Bosque de la necesidad de dos delanteros.
El mazazo llegaría poco después fruto de la combinación de dos suplentes en teoría. El balón que puso Duris en la derecha lo ganó Stoch de cabeza y batió a Casillas. Eslovaquia estalló de fiesta ante una victoria brillante y nosotros agachamos la cabeza envidiando a los que seguro tienen algo que celebrar: los Erasmus.