Lo primero que encuentra el visitante al entrar en la casa-museo de los Vaquero es un impresionante retrato de Rubén Darío. El poeta nicaragüense era tío-abuelo del autor, Joaquín Vaquero Turcios (Madrid, 1933 – Santander, 2010), ya que su madre, Rosa Turcios Darío era sobrina carnal del escritor.
Durante este verano trescientas personas, en grupos de quince, han visitado una colección de doce grandes retratos de escritores, pintados por Vaquero Turcios en los años setenta del siglo pasado, y que, a través del programa de Visitas Guiadas de la Empresa Municipal de Turismo, ha complementado la gran exposición sobre este artista que acoge la Casa de la Moneda y esta misma semana se ha ampliado hasta el 2 de noviembre.
La casa-museo se encuentra en el barrio de las Canonjías de Segovia, uno de los raros casos de románico civil de toda Europa. El padre de Vaquero Turcios, Joaquín Vaquero Palacios (Oviedo, 1900- Madrid, 1998), compró la conocida como Casa de la Ronda en 1964 y, después de restaurarla con gran respeto, conservando la estructura románica y el entramado mudéjar de madera del siglo XVI, la dedicó a estudio y lugar de exposición de su obra pictórica, donde más adelante se incorporó también su hijo Joaquín con la misma intención.
Francisco Egaña Casariego, profesor de Historia del Arte de la Universidad de Valladolid, y familiar también de los Vaquero, además de gran conocedor y estudioso de la obra de padre e hijo, ha sido el conductor de las visitas guiada durante estos meses de verano. Comenta que la colección de retratos que se ha expuesto en esta casa-museo, la mayoría de dos por dos metros, en acrílico sobre tela, forma parte de una más amplia que incluye personajes históricos, filósofos, artistas o místicos como San Juan de la Cruz. Cronológicamente son anteriores a la obra que se expone en la Casa de la Moneda, pues Vaquero Turcios los pintó en los años setenta y muestran su búsqueda de lo abstracto, con un tratamiento muy libre del género, ya que los personajes “son una excusa para crear y, si se les elimina del cuadro, solo queda el fondo, abstracto”, según este experto.
A Vaquero Turcios le interesaba el color, la materia, dice, y llama la atención que en unos cuantos las figuras aparecen sumergidas en el agua y en otros se desvanecen en el fondo.
Egaña señala además que los retratos, en general de cuerpo entero, destacan por ser figuras escultóricas, petrificadas, aspectos en lo que las respectivas obras pictóricas de Vaquero Turcios y Vaquero Palacios muestran similitudes, aunque el padre siempre dentro de paisajes figurativos.
Relevancia internacional
La relevancia internacional de este artista, muy vinculado a Segovia pero relativamente desconocido en la ciudad hasta los últimos años, la ejemplifica, por ejemplo, que algunos de los retratos de esta serie están en museos como el Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, o en museos de Nueva York, Roma o Santo Domingo. Sobre su obra han escrito, entre otros, Carlos Bousoño o el poeta José Hierro. A finales de los años sesenta, los dos Vaquero, padre e hijo, crearon una escuela de verano en esta casa de las Canonjías para estudiantes de arte de academias norteamericanas.
El experto comenta también que, entre quienes han acudido a las visitas guiadas, realizadas los sábados por la tarde, había desde segovianos curiosos por conocer la obra de Vaquero Turcios, pero también atraídos por los atractivos de la casa, a turistas culturales de distintos lugares de España que han llegado a la ciudad para ver la muestra de la Casa de la Moneda y, por lo tanto, también muy interesados por los retratos de la casa-museo.
Por otro lado, señala que la familia quiere “mantener viva” esta casa y, por lo tanto, es de esperar que en el futuro acoja nuevas e interesantes exposiciones.
AMPLIACIÓN EN LA CASA DE LA MONEDA
El Área de Turismo del Ayuntamiento de Segovia ha decidido mantener la exposición ‘Vaquero Turcios’, la muestra que se puede visitar en la Casa de Moneda, hasta el 2 de noviembre. La muestra sintetiza la trayectoria del artista y la búsqueda de lo monumental en su esencia y expresión justas, del equilibrio, la fuerza plástica, y la coherencia estilística. Para poder mostrar una vida tan intensa como la que desarrolló Joaquín Vaquero Turcios se han utilizado los cinco espacios del Real Ingenio. En la sala de recepción el espectador puede conocer la trayectoria del artista, a través de libros y catálogos publicados sobre su obra así como en el documental que incide en la obra mural y arquitectónica del artista repartida por la geografía española.
La sala de exposición reúne una colección de obras de gran formato, dando prioridad a las pinturas que realizó en su última etapa (años 2000), creando “un campo de colores” en el que vivió, soñó y trabajó sin descanso buscando una imagen adivinada fugazmente en su interior. Destacan pinturas como “Argón” o “Rojo” realizadas en 2002 de intenso cromatismo frente a piezas de sutiles y dulces tonos, realizadas en la década de los 90. Las tres salas contiguas presentan esculturas realizadas con diferentes materiales. La serie «los Muros», realizados en 1985, trasladan al visitante a paredes o muros sobrios, encontrados en civilizaciones antiguas, donde se concentra la belleza y la serenidad. El mármol travertino serigrafiado es donde el artista consigue nitidez y concentración pictórica. En la sala contigua, dos esculturas fabricadas, una en hierro esmaltado y otra en madera pintada, también de los ochenta, sirven de transición para llegar al espacio donde se encuentran las constelaciones. Siete piezas de hierro esmaltado de diferentes tamaños recrean el firmamento imaginario de Vaquero Turcios, chapas perforadas se integran en estructuras geométricas, lineales, destinadas a configurar un cosmos de estrellas, constelaciones de idealizada geometría que sugieren movimiento en el espacio y que, misteriosa y poéticamente, nos remiten al infinito. Más información en www.casamonedasegovia.es
