El actor Luis Callejo (Segovia, 1970), conocido por el gran público sobre todo por la serie de televisión ‘El Barco’, o por su intervención en películas como ‘El penalti más largo del mundo’ o ‘Princesas’, además de sus múltiples apariciones en escenarios teatrales, se encuentra en la actualidad en un buen momento profesional y no para, entre representaciones en teatros de Madrid, rodajes en distintos lugares de Europa y entrevistas para nuevos proyectos que no quiere adelantar hasta que sean seguros. Aun así asegura que el domingo 9 de febrero estará en Zamarramala.
Cualquiera que conozca al actor segoviano Luis Callejo pensará que el título de ‘Matahombres’ puede resultar poco adecuado para alguien cercano, amable, pacífico, que ni siquiera en serie de Telecinco ‘Alatriste’ —pendiente de estreno—, en la que interpreta al secretario real Luis de Alquézar, es capaz de coger la espada para matar a una mosca. Las Alcaldesas de Zamarramala de este año, Áurea Tabanera de Andrés y María Paz Ceballos Gómez, lo que han querido hacer otorgándole ese título es reconocer su trayectoria como actor de teatro, cine y televisión y, al mismo tiempo, animarle para que “siga trabajando y dándonos tan buenos ratos”, según manifestaron ellas mismas el pasado mes de enero al dar a conocer los nombramientos del Consejo de Aguederas.
¿Cómo se le queda a uno el cuerpo cuando le nombran ‘Matahombres de oro’?
Desde luego lo de matahombres asusta un poco, pero ya se a qué se refiere, es un alfiler y puede decirse que con una función más de ‘espanta hombres’ que de matar. Es una tradición muy bonita y, teniendo en cuenta a qué gente se ha nombrado ‘Matahombres de oro’ en otras ediciones, que impresiona, me siento muy alagado. Como segoviano me llena de orgullo y me hace mucha ilusión; me apetece mucho porque creo que lo vamos a pasar muy bien en Zamarramala ese día.
Si tuviera que pinchar, aunque sea simbólicamente, a alguien con el ‘matahombres’ ¿a quien tienes en el primer lugar de la lista?
La verdad es que está difícil elegir. Hay mucho y muchos a quien pinchar.
No hace mucho, en una entrevista para EL ADELANTADO, admitías que la de actor es una profesión inestable pero que con la crisis el resto se está igualando. ¿Cómo está enfrentándose a la crisis económica, que afecta y mucho al ámbito de la cultura?
Lo cierto es que ahora, por comparativa, podría decirse que la de actor es casi más estable, porque todo lo demás cada vez es más inestable, desgraciadamente. Estoy haciendo teatro en Madrid, varios días a la semana con ‘Los miércoles no existen’, en el Teatro Lara, que se ha convertido en un gran éxito. Está dirigida por un director de cine que, como no tenía medios para hacer de esta obra una película, se aventuró primero en el teatro. Como está funcionando bien ahora es posible que pueda rodarse el próximo verano. No me gusta adelantar acontecimientos pero es una posibilidad. No me puedo quejar, el año ha empezado bien.
También has trabajado para la serie de Telecinco Alatriste, basada en la novela de Pérez Reverte. ¿Cuándo te veremos de nuevo en las pantallas de televisión?
No se sabe nada. Hemos rodado en varios escenarios, como Budapest, y en la serie hago del secretario real Luis de Alquézar, uno de los grandes enemigos del capitán Alatriste. El mío es un personaje amable pero un cabrón, muy maniqueo, que hace lo que haga falta para para conseguir poder: Un político trepa.
También estoy rodando, en inglés, para la segunda temporada de la serie Crossing Lines (coproducción inglesa, francesa y alemana), que se ha emitido en el canal estadounidense NBC, donde intrepreto a un policía español, que pide ayuda a un cuerpo de élite europeo. El fin de semana pasado rodamos en Praga y dentro de unos días lo haremos en Marsella.
Afortunadamente lo he podido compaginar con el teatro, no solo con ‘Los miércoles no existen’, que estará en el Lara hasta el mes de agosto, sino también con el monólogo sobre ‘El Lute’ que hago con mi compañía.
Se puede decir que Luis Callejo sí es profeta en su tierra, porque el año pasado, sin ir más lejos, has podido representar obras en el Juan Bravo y en San Nicolás, además de que con frecuencia se te llama para eventos como MUCES o incluso para otros en centros educativos.
Lo que no he hecho todavía es de pregonero, aunque supongo que en Zamarramala diré unas palabras, algo improvisado, porque hay pregonera. Tengo nueve sobrinos y sobrinas y me llaman de sus colegios para hablar a los chavales, son cosas que me gustan. Voy a ir dentro de poco a contar cómo es mi profesión, en un proyecto de orientación para la Universidad, como los padres y familiares de otros alumnos. Me hace ilusión que la de actor se considere una profesión como cualquier otra, aunque les aconsejaré que se dediquen a otra cosa. De todas formas, en vista de que ni los ingenieros tienen salida laboral, quizá sea el momento de que los chavales hagan algo que les guste y apasione, si quieren ser bailarines, pues que se hagan bailarines.
Conseguiste una beca Erasmus cuando casi no había medios. ¿También aconsejas completar la formación en el extranjero aunque se pase mal?
Estaba en cuarto de Derecho y me fue a Paris de Erasmus. Fue un año muy duro porque no tenía dinero pero el teatro me salvó la vida. Me apunté a un grupo universitario y eso me animó, conocí a gente muy interesante y, en ese sentido, me condicionó muchísimo. Después, de regreso en Madrid, me matriculé en la RESAD (escuela de Arte Dramático) y conseguí otra beca para estudiar teatro en Londres. Siempre viene bien esa experiencia, conoces otras culturas y te vuelves más tolerante con los demás, te sirve para valorar el esfuerzo y las dificultades que pasan los emigrantes de otros países que vienen a España.
