El día 20 de octubre de 1562, el papa Pío V concedió una bula por la que se fundaba la cofradía de la Minerva en la iglesia de San Miguel de Segovia. El curioso nombre no hace referencia a la diosa de la sabiduría, sino a una iglesia romana, ‘Santa María sopra (sobre) Minerva’ —un templo cristiano levantado sobre otro, pagano—, donde se creó la primera cofradía con tal denominación. Con el paso de los años, numerosísimas cofradías se fueron agregando a la creada en Roma. Entre ellas, la de San Miguel, que llegó a tener gran auge, como demuestra que, en 1751, contratara a cuatro toreros para que mataran nueve toros el día de la función.
Entre otros ritos, la cofradía celebraba, al día siguiente de Corpus Christi, una procesión eucarística, con inicio y final en la iglesia de San Miguel de Segovia. Y cuando la Iglesia Católica decidió, en 1989, trasladar esa festividad del jueves que caía 59 después de Pascua —día en que tradicionalmente tenía lugar la solemnidad— al domingo siguiente, la cofradía optó por hacer lo mismo, esto es, llevar a cabo la procesión el lunes posterior a Corpus Christi.
Ayer, cumpliendo la costumbre, tuvo lugar la procesión . “Aunque pocos jóvenes se animan a entrar en la cofradía, nos vamos manteniendo”, señalaba su presidente, Mariano Matey, añadiendo a continuación que el número de cofrades ronda ahora los 250.
Tras la misa en San Miguel dio comienzo ayer la procesión, por calles cercanas a esa iglesia, llegando hasta la del Corpus Christi y regresando a continuación al lugar de partida. Previamente al paso del Santísimo se había esparcido cantueso y pétalos de rosa por las calles. En la comitiva figuraban, además de los cofrades, un buen número de niños de Primera Comunión, llegados de diversas parroquias de Segovia. Y, acabada la procesión, los mayordomos de este año, Jesús de la Fuente y esposa, ofrecieron un refresco a los presentes.