El principal acusado de cometer el robo de las coronas en el Santuario de la Fuencisla, B.M.D., ha insistido en su inocencia y ha presentado un recurso de apelación contra la sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal de Segovia, que le condenaba a tres años de prisión y a indemnizar con más de 36.000 euros a la Diócesis de Segovia.
En su escrito de alegaciones, el considerado por el juzgado como autor penalmente responsable del robo en el Santuario, pide ser absuelto. Presenta para ello, a través de su defensa legal, varios argumentos. El primero se refiere a que pese a que se marca un tiempo en el que se cometió el robo, nadie de los que estuvieron en la zona el día de los hechos le vieron, que había una alarma y que no se activó, y que existen contradicciones entre lo manifestado por los responsables del Santuario y los agentes de Policía que acudieron al lugar.
En este sentido, el acusado señala que se vulnera la presunción de inocencia, puesto que la acusación se basa en indicios, que están fundamentados en «meras sospechas», y en declaraciones de otras personas que a su vez fueron detenidos en un principio como posibles culpables. Uno de ellos, relata el escrito de alegaciones presentado en el Juzgado, se basa en declaraciones que hizo uno de ellos en la Comisaría de Policía y donde reconocía «que tenía motivos espurios para ir contra el acusado (…) y que realizó un pacto con la Policía Judicial, versión que mantuvo en la comparecencia judicial y en el acto del juicio». Su objetivo -añade- era «evitar una deuda» económica que tenía con el acusado. La defensa del acusado señala que estas declaraciones «no pueden tener la fuerza probatoria que se recoge en la sentencia como indiciaria».
Insiste el escrito de alegaciones en que no hay suficientes pruebas de cargo, y que los documentos policiales adolecen de una importante «falta de concreción».
El pasado mes de enero, el Juzgado de lo Penal condenó a B. M. D. , de 27 años, por este robo, a quien acusa de cometerlo «en compañía de al menos otra persona cuya identidad no se ha podido determinar». Al parecer treparon y saltaron la verja del Altar Mayor, de 10 metros de altura, y accedieron al camarín de la Virgen después de subir por el retablo, de ocho metros de altura. Allí desenroscaron una palomilla y quitaron la aureola de plata de la Fuencisla para apoderarse de la corona, y se hicieron, además, con la corona del niño y el globo terráqueo que éste porta en una mano. Unos días después, la Policía encontró las coronas en una bolsa de deporte junto al Eresma.
