La incidencia de robos de cableado de alumbrado público y telefonía en los últimos días de mayo y primeros días de junio, con cuatro casos confirmados ha despertado las alarmas en distintas zonas de la provincia.
En concreto, la Subdelegación confirmó la sustracción de cerca de 1.300 metros de cable de cobre de telefonía en Valtiendas —considerado como un hurto porque su valor en mercado no supera la cantidad establecida para que se considere robo—. Este tipo de cableado ha sido objeto de robo en los últimos meses, sobre todo en los antiguos tendidos aéreos, lo que provoca que la zona afectada queda sin servicio hasta su reposición.
Sin embargo, el cable de luz en alumbrado público ha sido el objetivo en otros tres casos de los registrados desde la madrugada del 26 de mayo. En concreto en Tabladillo (250 metros), Espirdo (900 metros) y Sotosalbos (150 metros).
Este tipo de sucesos no son nuevos y a raiz de una detención en Segovia capital de tres jóvenes por robar cable de una grúa de construcción en el Polígono de Hontoria hace unas semanas la Subdelegación informó que incluso los agentes de la Comisaría Provincial de Segovia vienen desarrollando la ‘Operación Cobre’ por la proliferación de robos de esta tipología.
En los casos de alumbrado público y cable de telecomunicaciones, el objetivo de los ladrones es apoderarse del cableado de cobre o aluminio que se utiliza como conductor de la corriente eléctrica. Así, los daños ocasionados con estos robos son cuantiosos, no solo por el valor del material sustraído, sino también por el elevado coste que supone su reposición y el perjuicio que produce en muchas ocasiones a los ciudadanos cuando son sustraídos cables que prestan un servicio público.
De hecho, la normativa establece que las nuevas instalaciones de cableado, tanto de iluminación como de telecomunicaciones, deben ir soterradas a una determinada profundidad, con lo que los desperfectos en tubos corrugados y pavimento suelen ser notables.
