El nuevo equipo rectoral de la Universidad de Valladolid (UVa) inicia su andadura con un reto: definir si asumirá el desarrollo de la segunda fase del Campus María Zambrano de Segovia en el modelo de ‘edificio a edificio’, uno de los últimos planteamientos del anterior rector, Marcos Sacristán, o “repensar en su conjunto el proyecto para que se haga algo definitivo, en vez de en subfases, que probablemente, a la larga, sería un error”.
Así lo manifestó ayer el nuevo rector, Daniel Miguel, en declaraciones realizadas minutos después del acto de toma de posesión del vicerrector del campus segoviano, Juan José Garcillán, celebrado en el ágora del moderno edificio, sede de la UVa en Segovia.
Consciente de la importancia que este proyecto tiene para la ciudad y para la propia institución académica, el responsable de la UVa se refirió a ello durante el discurso público en el ágora. “Sabemos que es necesario construir la segunda fase del campus y pondremos todo nuestro empeño para lograr que se haga cuanto antes, buscando, también aquí la colaboración de las administraciones”, dijo.
Sin embargo, para Miguel, lo “ideal sería terminar el complejo tal y como estaba previsto, en bloque”, según aclaró después del acto y reconoció que “en este momento no hay dinero para ello, pero habrá que pensar e ir avanzando en lo que requiere la institución para que todo esté listo cuando lleguen esos fondos”.
Este planteamiento genera dudas sobre la posibilidad de solucionar parte de los problemas derivados de unas instalaciones sin acabar. La comunidad educativa de la UVa en Segovia interpretó como una posible solución de la falta de espacio, el anuncio que su antecesor en el cargo, Marcos Sacristán, hizo durante el cara a cara que los dos candidatos protagonizaron en mayo en el centro segoviano. Sacristán, confirmó una partida de medio millón de euros en los presupuestos para el próximo curso que servirían para ejecutar “un módulo de la segunda fase”.
A pesar de esto, el catedrático de Química Inorgánica, natural de la localidad segoviana de Calabazas de Fuentidueña, reconoció que “son muchas las necesidades del campus” y la cantidad presupuestada se destinará a suplirlas en la “medida de lo posible”.
Al respecto, el nuevo vicerrector, Juan José Garcillán, se mostró cauteloso hasta conocer la realidad del campus, pero reconoció que la “piedra filosofal” de su gestión orbitará en torno a la segunda fase. Con respecto al desarrollo por módulos o el segundo edificio al completo, comentó que “me gustaría que se pudiese abordar la segunda fase en bloque, pero hay que ser conscientes de la realidad, con lo que mi deseo es que, al menos, se vaya avanzando. Podría ser incómodo pero sería mejor eso que nada”.
PROFESORADO
El nuevo ciclo rectoral asume otros retos, como la implantación total del Plan Bolonia. En el caso concreto de Segovia, el número de alumnos podría reducirse, al contar los actuales Grados con un año lectivo menos que las antiguas Licenciaturas. Tanto el rector como el vicerrector se mostraron tranquilos al respecto e indicaron que no hay ninguna previsión de reducción de profesorado. Sin embargo, recordaron que se deben analizar las posibilidades presupuestarias tanto de la Universidad como de la Junta.
