El juez Ruz procesó por delitos de integración en organización terrorista a 15 miembros de la la red yihadista ‘Brigada Al Andalus’, desmantelada el pasado mes de junio en la denominada Operación ‘Gala’ que se saldó con nueve detenidos. El magistrado refleja en un auto que muchos de los integrantes de la célula “cambiaron” y “se radicalizaron” coincidiendo con la época en la que empezaron a frecuentar la mezquita madrileña de la M-30.
El magistrado señala que, según ha podido comprobar a través del tráfico de llamadas, “la cafetería del centro era utilizada por los investigados como punto de encuentro para reunirse cuando acudían a los rezos”. Su integración en la célula coincidió con evidentes cambios “físicos y de mentalidad”. Sus familiares relatan que se dejaron crecer la barba y modifidicaron de forma evidente su actitud, iniciando “un proceso de radicalización”.
Ruz acusa a los procesados de reclutar ‘combatientes’ en España y Marruecos para que se integraran en las facciones terroristas en Irak y Siria, principalmente relacionadas al grupo terrorista afín a Al Qaeda denominado Estado Islámico de Irak y Levante. La célula estaba liderada por Lahcen Ikassrien, de nacionalidad marroquí y nacido en Alhucemas en 1967, al que el juez califica como “líder carismático” y emir, que ejercía sobre el grupo un férreo control y disciplina.
La ‘Brigada’ tenía conexiones con organizaciones de otros siete países. El grupo, uno de los principales suministradores de terroristas de la organización ISIL, había conseguido constituir una estructura propia, manteniendo conexiones con grupos en Francia, Bélgica, Marruecos, Túnez, Egipto, Turquía y Siria.