La actual terminal de autobuses precisaría una inversión superior al millón de euros para zanjar todas las deficiencias que presenta la infraestructura. Aunque técnicos municipales y de la Consejería de Fomento trabajan actualmente, por separado, en evaluar el coste de las obras que precisa la terminal y, por tanto, aún no hay una cifra definitiva, fuentes municipales y de la Junta consultadas por EL ADELANTADO coinciden en que la reforma «completa» de la instalación (más allá de las obras concretas que precisaría para obtener la calificación de estación) podrían superar, fácilmente, ese millón de euros.
El Ayuntamiento ha entregado a la Junta un primer informe técnico que evalúa, exclusivamente, las obras de impermeabilización de la campa de la terminal, que presenta un lamentable estado de deterioro, con un pavimento descarnado y filtraciones de agua que afectan al edificio inferior, que acoge el aparcamiento municipal de Ezequiel González. Solo esta obra precisaría una inversión de 800.000 euros, la cifra que adelantó la alcaldesa, Clara Luquero, y que expuso ante el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, en la reciente reunión que mantuvieron ambos en Valladolid.
Sin embargo, a esa cantidad hay que sumar el importe de todo el conjunto de obras que requiere la terminal para obtener de la Junta la calificación de estación y que comprenden, básicamente, la cubrición de las dársenas —con la presunta retirada de la actual marquesina anclada al edificio de viviendas—, la instalación de un sistema antiincendios y otras actuaciones menores. El coste de estas obras es el que actualmente valoran los técnicos municipales. A falta de una cifra concreta, que desde la Concejalía de Tráfico no se atreven a aventurar, todas las obras que precisa la estación, sumadas la impermeabilización de la campa y la cubrición de las dársenas, podrían alcanzar entre 1 y 1,2 millones de euros.
El arreglo de la campa no supone un requisito necesario para que la Junta otorgue a la terminal de pasajeros la declaración de estación de autobuses. Sin embargo, si Luquero presentó ante Herrera el coste de las obras de la campa, las de mayor cuantía, es porque, según los técnicos municipales, la actual situación de deterioro de la explanada puede suponer en el futuro un verdadero peligro para los usuarios.
Los técnicos sostienen que aunque el riesgo no es inminente, de no afrontarse la reparación, el progresivo deterioro de la zona de la campa derivará, a medio plazo, en serios daños estructurales en la infraestructura. Desde la Concejalía de Tráfico se apunta que en 2010 los técnicos de la propia Junta de Castilla y León ya emitieron un informe en el que advertían de la necesidad de acometer obras importantes de reparación para mejorar la infraestructura —arreglo de la campa— y evitar riesgos.
Este informe y la presunta inseguridad de la terminal fueron algunos uno de los motivos esgrimidos por el Ayuntamiento para anunciar el cierre de la instalación a partir del 30 de junio.
Sin embargo, los técnicos de Fomento consideran que no existe tal riesgo de peligrosidad, al menos como lo entiende el Ayuntamiento, y que, en consecuencia, las obras de impermeabilización de la campa se pueden abordar más adelante. Fuentes de la Junta creen que puede aplazarse la obra de reparación de la campa dado que esta actuación no es imprescindible para que la terminal obtenga la categoría de estación. No siendo una obra necesaria para que el apeadero se convierta en estación, sin embargo sí precisaría una importante inyección económica en un momento de escasez de recursos económicos; con independencia de los perjuicios que para empresas y usuarios supondría ‘levantar’ por completo la explanada de maniobra de los autobuses, que obligará a cerrar la terminal por un periodo más o menos prolongado.
En este sentido, la Junta sostiene que la inversión que precisaría la terminal de autobuses sería muy inferior a la que cree el Ayuntamiento. En una primera estimación de los técnicos regionales, bastarían 400.000 euros para «desbloquear» el conflicto y que el apeadero sea estación de autobuses. Con esta cantidad se abordaría la cubrición de las dársenas y la retirada de la actual marquesina anclada al edificio—que exigen los tribunales—, aunque no la impermeabilización de la campa, que sí mejoraría su pavimento, con el arreglo de baches y un nuevo asfaltado. En opinión de la Junta, la reparación definitiva de la campa se podría abordar en un futuro, cuando la disponibilidad presupuestaria lo permitiese.
En síntesis, las obras de la terminal pueden ir desde los 400.000 euros hasta cerca de 1,2 millones de euros. Lo cierto es que el deseo del Ayuntamiento es que se aborde una reforma integral de la estación y que las obras no se dirijan exclusivamente a cumplir con los requisitos que exige la Junta para otorgar el título de estación a la actual terminal de pasajeros.
«Queremos no solo cumplir los requisitos legales [para ser estación] sino que exista una seguridad completa para operadores y ciudadanos», indicaron fuentes de la Concejalía de Tráfico. La negociación entre Junta y Ayuntamiento tendrá un nuevo capítulo con la reunión que mantendrá la alcaldesa, Clara Luquero, con el consejero de Fomento, Antonio Silván, donde ambos, con los informes de los técnicos de ambas administraciones, tratarán de sellar un acuerdo sobre el proyecto, calendario y financiación de las obras.
