Con motivo de la celebración del Día Internacional de los buitres, el Colectivo Azálvaro organizó una jornada de puertas abiertas que incluyó el depósito de un caballo en un muladar de la red de comederos del Colectivo, y la posibilidad de observar la respuesta que el depósito provocó en las aves carroñeras.
El denominado itinerario ambiental por las áreas de alimentación de aves carroñeras, una ruta de cerca de 6,5 kilómetros por las tierras del Campo Azálvaro, fue el escenario y punto de encuentro de la actividad. Las personas que acudieron a celebrar el día aprendieron qué son, cómo viven y cómo se alimentan los buitres. Para facilitarlo, los participantes accedieron a puestos de observación de aves para aproximarse a las aves sin molestarlas.
“El objetivo principal es contribuir al conocimiento de estos extraordinarios animales, como recursos biológicos que forman parte importante de la biodiversidad”, comentó el presidente del Colectivo, José Aguilera, quien destacó que estas aves también son “recursos sanitarios que representan el emblema de una naturaleza en equilibrio, siendo un sello de calidad ambiental”. Al mismo tiempo, la jornada pretendía fomentar el conocimiento de las aves y la naturaleza.
Aguilera señaló que los buitres son un grupo de aves “imprescindible para la conservación y buena salud de los ecosistemas”, pues al alimentarse de cadáveres limpian el medio, librando así de infecciones a los animales salvajes, al ganado “e incluso al hombre”. Sin embargo, sufren continuas presiones y amenazas, como las muertes por veneno, electrocuciones, y pesticidas que “han llevado a algunas especies incluso a estar en peligro de extinguirse”.
En la península ibérica los buitres están representados por el quebrantahuesos, el alimoche, el buitre negro y el buitre leonado. Para el presidente del Colectivo, “especies son poco conocidas por la población que, a veces, da crédito a leyendas y rumores que los hacen aparecer como alimañas dañinas”.
El Colectivo Azálvaro tiene como objetivo la manutención de los centros de alimentación de las aves necrófagas (muladares o comederos), a través de la creación de una ‘Red de Comederos de Aves Carroñeras’ localizada en las estribaciones de la Sierra de Guadarrama y en la provincia de Segovia. Este proyecto, pionero en el país, pretende a su vez, gestionar la recogida y el tratamiento de cadáveres de animales muertos y subproductos para la alimentación de aves carroñeras en comederos.