Dibaq Diproteg S.A. ha comenzado a levantar el vuelo. De momento, despacio. Pero, según aseguran sus propietarios, la familia Tejedor, de forma firme. Después de una etapa dura, los nubarrones desaparecen en el horizonte de la empresa con sede en Fuentepelayo. “Ha sido un periodo de tiempo especialmente difícil”, dijo ayer, a modo de resumen, su presidente, Carlos Tejedor, en referencia al último año.
De acuerdo al relato de los hechos que ayer contó a los medios de comunicación, Dibaq Diproteg comenzó 2012 con el convencimiento de que conseguiría la financiación que requería, en torno a 3,5 millones de euros. Sin embargo, para sorpresa de sus propietarios, pasó el primer trimestre sin lograr el objetivo, lo que obligó en el segundo a presentar un preconcurso de acreedores. Ahí llegaron los problemas. La consiguiente caída de ventas rondó el 35%. En verano hubo conversaciones para la incorporación de un grupo canadiense, pero finalmente la operación se malogró. El 5 de septiembre, Dibaq Diproteg pasaba a engrosar el listado de sociedades en concurso de acreedores. Para entonces, la compañía estaba “anémica”, según la palabra utilizada por Tejedor. De septiembre a diciembre se vivieron los momentos más críticos. Las ventas cayeron en picado. Sin freno. “Era dramático”, recordaba Tejedor.
Financiación
En esa tesitura, Dibaq Diproteg lanzó un SOS. Necesitaba 3,5 millones para reflotar la compañía. Y esperaba que las entidades bancarias y la Junta de Castilla y León, al 50%, asumieran esa recapitalización. Sin embargo, la tarea no habría de resultar nada sencilla.
Quienes primero apostaron por Dibaq Diproteg fueron“un grupo de proveedores”, al que Tejedor quiso ayer las gracias por su apoyo. Después se unieron Bankia y el banco CEISS y, por último, ya en el primer trimestre de 2013, la Junta, dando avales (como garantía de cobro) por importe de 750.000 euros a proveedores de la empresa. Así, Dibaq Diproteg volvió a respirar. E inició la tarea de recuperar la clientela perdida. Esa es la labor en la que ahora se centran sus vendedores.
“Estamos haciendo el camino inverso al que ya hemos recorrido”, señaló, de forma gráfica, Tejedor. 2012, el año del desplome, se cerró con una facturación que rondaba los 33 millones de euros. Con el despegue, se espera que en 2013 se superen los 23. Y, de cara a 2014, las previsiones apuntan que la empresa alcanzará los 30.
A modo de ejemplo de la evolución reciente de Dibaq Diproteg, Tejedor puso la rama de acuicultura—cerrada en mayo de 2012 y reabierta en diciembre—, que en enero de 2013 contaba con un único cliente. Ahora, la cifra es de 35.
“En lo que nos tenemos que centrar es en conseguir que los resultados de los últimos meses se mantengan; esa tendencia debe seguir”, deseó Tejedor, quien se congratuló en comunicar que desde julio de 2013 la empresa crece.
Tejedor también señaló que los propietarios de esta empresa familiar recibieron “con gran satisfacción” que Dibaq Diproteg superara, la pasada semana, la fase de convenio del concurso de acreedores, resuelta en el Juzgado de lo Mercantil de Segovia. Y quiso subrayar el amplio acuerdo entre los más de 700 afectados, recordando que ninguna entidad bancaria votó en contra del convenio. El apoyo de los proveedores también fue alto, en torno al 80%. A ese respecto, insistió en que la superación de esta fase de convenio “es un logro colectivo”, ya que ha sido posible “gracias al apoyo de todo el entorno de la empresa”, en referencia a administradores concursales, asesores, acreedores y trabajadores.
Superado ese escollo, el presidente de la compañía de acuicultura y nutrición de mascotas declaró que Dibaq Diproteg encara el futuro “con prudencia, ilusión, energía, coraje y humildad”, siendo consciente de que “las dificultades que tenemos que superar son todavía muchas”.
Empleo. A preguntas de los informadores, Tejedor reconoció que, a consecuencia de la delicada situación que ha atravesado, la compañía despidió a 90 trabajadores. A fecha de hoy, Dibaq Diproteg tiene en plantilla 73 empleados, cifra a la que previsiblemente se incorporarán otros 17 —ahora incluidos en un ERE suspensivo— antes del 31 de julio de 2014. Además, en la provincia trabajan otras diez personas para empresas del Grupo Dibaq. “Nuestra idea es mantener cien puestos de trabajo en Segovia”, estableció Tejedor. Los empleados de la empresa matriz han sufrido una reducción de su salario entre el 0 y el 45%, siendo la media de un 15%.
Dando por hecho que, a medio plazo, la compañía crecerá, aunque de una forma lenta, Tejedor vaticinó que, a partir de 2015, Dibaq Diproteg creará nuevos puestos de trabajo.
En lo referente a las sociedades del Grupo Dibaq radicadas fuera de España, Tejedor recalcó que “están intactas”, en el sentido de que no han sufrido los problemas de Dibaq Diproteg. Además, todas ellas han colaborado, en la medida de sus posibilidades, a sostener a la empresa matriz: la mayoría comercializando los productos fabricados en Fuentepelayo y en algunos casos —como es la de México— apoyando financieramente a Dibaq Diproteg. Según desveló Tejedor, las sociedades del Grupo Dibaq, presentes en cerca de medio centenar de países de cuatro continentes, dan trabajo a 340 personas.
Aunque los problemas han frenado los proyectos de expansión de la compañía en Egipto, Tejedor subrayó la excelente aceptación que están teniendo los productos de la compañía en los países árabes.