El Museo de la Casa de la Moneda continuaba ayer cerrado al público. Y no abrirá hasta que se disipe cualquier riesgo de nuevas inundaciones. A media tarde, el embalse del Pontón Alto estaba a rebosar y vertía 33,17m3 por segundo; es decir, lo máximo que podía soltar. Y aunque el tiempo dio ayer sábado una ligera tregua, todos los pronósticos apuntan la llegada de nuevas precipitaciones.
Fue el martes cuando se produjo el tsunami , por las abundantes precipitaciones y el rápido deshielo de la nieve acumulada en la sierra tras la subida brusca de las temperaturas. Desde el Eresma y el Giguiñuela, hasta el Duratón, el Pirón o el Cega. La mayoría de ríos y arroyos de la provincia se desbordaron. El Eresma elevó su nivel más de 1,5 metros, superando la crecida de 1956, cuando el caudal llegó a los 202 metros cúbicos por segundo.
El agua inundó la zona de ribera de La Alameda, anegó la Fábrica de Borra y bajo las aguas quedó el camino entre el puente de la Moneda y San Marcos. Y, como explicó la propia concejala de Patrimonio Histórico, Claudia de Santos, la riada inundó los edificios más próximos al río de la Casa de la Moneda.
El patio bajo -que se sitúa a una cota inferior del caudal del río- quedó totalmente inundado. Y también lo hizo, como también informó EL ADELANTADO, una de las salas del Museo, donde se ubica la reproducción de maquinaria, como el taller de fragua, donde el nivel del agua alcanzó los 60 centímetros. Al parecer, el agua también habría llegado, por filtración, a otras salas del museo, extendiéndose como una fina película sobre su pavimento.
El agua entró en la cafetería, en menor cantidad, aunque suficiente para deteriorar el suelo de tarima, que fue finalmente desmontado, para dejar el primitivo, de pizarra negra. El Restaurante del Ingenio Chico, en la planta superior, no tuvo que cerrar y, de hecho, sigue funcionando con total normalidad.
Entre el miércoles y la noche del jueves, el nivel del río llegó a descender entre 40 y 60 centímetros. Sin embargo, los peores presagios se cumplieron. Las precipitaciones del viernes, unidas, nuevamente, al deshielo incrementaron el caudal del río, que recuperó el nivel ‘histórico’ del martes.
Y el agua volvió a entrar en la Fábrica de Borra y en la Casa de la Moneda. Sobre las doce y media de la mañana, el público que llenaba la cafetería tuvo que ser desalojado porque el agua volvía a hacer acto de presencia. Ya por la tarde, alrededor de las cinco y media de la tarde, los bomberos volvieron a la Ceca.
El agua se situaba apenas a 30 centímetros del murete de la terraza de la cafetería, protegida, como en días anteriores, por sacos con tierra. Tras comprobar que la situación se encontraba estabilizada, volvieron al Parque. Ayer sábado, por la mañana, la situación había mejorado ligeramente. El nivel del río había descendido unos 20 centímetros. No obstante, ante la llegada de nuevas precipitaciones, los servicios de Protección Civil y la Concejalía de Patrimonio se mantenían en alerta.
El Restaurante del Ingenio Chico, con entrada independiente, seguirá abierto, aunque no el Museo, que lo hará cuando baje el nivel del río y pueda ‘achicarse’ el agua embalsada tanto en el patio bajo como en la sala donde se encuentra la exposición dinámica de la Ceca y la reproducción de la antigua herrería de la Ceca y otra maquinaria, como una prensa a volante.
De Santos subraya que la inundación de la Casa de la Moneda se produce en un contexto «absolutamente extraordinario», por una «avalancha de agua», producida por el deshielo y las abundantes precipitaciones, que ha elevado el nivel de los ríos en la provincia, no solo el Eresma, a cotas históricas. «No quiero pensar cómo hubiera reaccionado el edificio si las medidas que se tomaron en la rehabilitación no hubieran estado», afirma la concejala, en referencia a los sistemas de drenaje que cuenta el edificio para canalizar y expulsar el agua. Sin embargo, «ante esta subida bestial de nivel del río, no se puede hacer nada, no sirve achicar o bombear agua» . Esto explica que el patio bajo siga inundado.
La concejala resaltó que sin el azud de San Marcos, construído en el verano de 2008, y capaz de evacuar un caudal de 31,85 metros cúbicos por segundo, los efectos hubieran sido peores. Además, añade, la rehabilitación ya tuvo en cuenta que la Casa de la Moneda se encuentra al borde del cauce del río y, en este sentido, el proyecto situó en la cota «indudable» la sala del Museo destinada a albergar la reproducción de máquinas, con materiales, en teoría, indemnes a los efectos del agua y la humedad.
La Confederación Hidrográfica desaconsejó el dragado del río
La postura del PP, en sintonía con las tesis del numismático Glenn Murray, de dragar el río Eresma para evitar inundaciones en la Ceca fue rechazada en su día por la propia Confederación Hidrográfica del Duero. En un encuentro celebrado en junio de 2009, en el que el alcalde, Pedro Arahuetes, expuso los problemas de inundación del edificio, el entonces presidente de la CHD, Antonio Gato, señaló que los estudios llevados a cabo descartan que el dragado del río o la permeabilización del azud de cruce solucionen los problemas de inundabilidad del edificio. La CHD, según dijo entonces Gato, ya advirtió al arquitecto encargado de rehabilitar la Ceca, Eduardo de la Torre, que podían adoptarse medidas para evitar inundaciones en aguas bajas y avenidas ordinarias, pero que las avenidas extraordinarias seguirán inundando el inmueble.
Murray considera, por el contrario, que debe sanearse un tramo de 500 metros del Eresma, entre la presa de la Moneda y el arco de la Fuencisla, donde, según afirma, se acumulan tierra y piedras arrastradas río abajo durante la obra de rehabilitación de aquella presa, que ejecutó la CHD en los años 1994 y 1995.
No obstante, en octubre de 2010, la empresa Tragsa , por encargo de la Concejalía de Medio Ambiente, ya realizó labores de dragado y limpieza del cauce, a lo largo de 1.300 metros aguas abajo del puente de San Lázaro, junto al Santuario de la Fuencisla, hasta la pasarela construía en la senda del Cretácico, frente al mesón San Pedro Abanto. Además, hace menos de un mes, retiró diversos árboles que permanecían en mal estado en la zona de ribera junto a la Ceca.
