El Barcelona logró ayer una heroica victoria ante el Real Madrid (71-72) en el segundo partido de la final de los ‘play-offs’ de la Liga ACB, en un partido dominado prácticamente de inicio a fin por el conjunto de Pablo Laso, pero que se acabó decantando del lado catalán en un final agónico.
El conjunto local dió el primer golpe sobre la mesa marcando la senda de lo que sería el contexto del partido. El salto inicial fue solo el principio de su éxtasis, de una puesta en escena devastadora que marcó un 10-2 de parcial tras los primeros cinco minutos. Con una sola canasta blaugrana, obra de Joe Ingles, el Palacio de los Deportes pulverizó marcas de decibelios viendo al cuadro madridista volando sobre el parqué.
Como no podía ser de otra forma, Xavi Pascual paró la contienda, calmó los ánimos de los suyos y les recordó que los encuentros duran 40 minutos. Brad Oleson entendió el mensaje mejor que nadie y el escenario cambió. El volcán ‘merengue’ había detenido su actividad y en terreno farragoso, con ausencia de puntos y ritmo, el Barça fue maestro.
Un 0-9 de parcial, con más de cinco minutos sin anotar para el conjunto de Pablo Laso, no solo detuvo la hemorragia sino que sirvió como carta de presentación del conjunto catalán, obligado a ganar. El primer renacimiento visitante. Sin embargo, el cerrojo de la puerta no resistió todo lo que a Pascual le hubiese gustado.
El Real Madrid encontró la forma de bajar al barro y obstaculizó cualquier movimiento de Juan Carlos Navarro. El conjunto visitante, cuyos ataques adquirían forma de agonía, no resistió el envite y al descanso (36-26) solo veía un resultado muy duro.
De nuevo la pausa, el tiempo de reflexión bajó las pulsaciones locales y permitió renacer al rival. Con Oleson y Navarro señalando el camino, Laso vió cómo toda su renta se esfumó en apenas tres minutos (39-37, min. 23). Pero, de nuevo con ritmo, el Real Madrid echó a volar.
Lo que su oponente remaba con sufrimiento los locales lo deshacían en arranques de furia (53-39, min. 26), en esta ocasión un 14-2 con forma de alas locales y mazo visitante. La diferencia, de nuevo por encima de los 10 puntos, torció el gesto de Pascual, que no encontraba soluciones.
Pero el cuadro azulgrana resurguó de sus cenizas y volvió a emerger gracias a Navarro. El escolta se abrazó a la genialidad, como tantas otras veces, y puso el partido en un puño (59-57, min. 34).
El Barça se encontró entonces otro enfrente. De sangre balcánica y pasaporte español. Mirotic anotó dos canastas seguidas en el momento crucial, la última un triple que tocó el cielo antes de fustigar la red, que valdría un triunfo ante cualquier equipo menos ante este Barça. Wallace, con un triple, y Llull después, con una pérdida, le dieron la última bala.
Los dos tiros libres de Oleson fueron dentro, dando al Real Madrid 7,7 segundos para resolver el duelo, pero el aro escupió el lanzamiento de Sergio Rodríguez y el Barça empató la eliminatoria.
