La Guardia Civil ha detenido a un ingeniero vallisoletano, acusado de haberse convertido en uno de los mayores pedófilos de España, hasta el punto de que la llamada Operación Tengo se inició hace unas semanas después de recibir una alerta del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos que avisaba de que había un internauta español que estaba compartiendo fotografías y vídeos de menores de 13 años, en las que se apreciaban abusos, vejaciones y violaciones. El caso se ponía en manos de los expertos del Grupo de Delitos Telemáticos de la UCO (Unidad Central Operativa), que daban con el presunto pedófilo, un joven vallisoletano de 35 años, afincado en Madrid: Alberto M.C., según ha podido saber este periódico en fuentes cercanas al caso.
La investigación al entorno de este joven sirvió para conocer que era un ingeniero vallisoletano que se había instalado en Madrid por cuestiones laborales y que, tanto desde sus equipos informáticos en la capital de España, como de los que mantenía en Valladolid, había distribuido miles de archivos de contenido pedófilo.
Zoofilia, sado…
Los registros del equipo de expertos de la UCO se llevaron a cabo en dos fases, una vez que la investigación se logró centrar definitivamente sobre la persona de Alberto M.C. Primero en el piso de Madrid, en donde se le arrestó a él y se requisó la gran mayoría de sus archivos pedófilos. Luego, con la colaboración de los agentes de la Comandancia de Valladolid, en La Rondilla, donde también se encontró material de este tipo. En términos absolutos, la Operación Tengo se salda con la aprehensión de una colección de 846.400 archivos de imágenes y vídeos, «muchos de ellos en los que aparecían menores de edad siendo víctimas de violencia física y sexual», según detallaron fuentes de la Guardia Civil en una nota de prensa. En la misma información se apunta que, incluso, en algunos de esos archivos había escenas de menores a los que se obligaba a «mantener relaciones relativas a la zoofilia y al sadomasoquismo». Muchos de los niños que salen en esas imágenes ni siquiera habían llegado a cumplir los 13 años, lo que motivó la alerta llegada desde EEUU.
Ordenado por edades
En ese mismo sentido, estas fuentes cercanas del caso explicaron que Alberto M.C. es una persona «muy meticulosa», hasta el punto de que tenía los archivos pedófilos ordenados en decenas de carpetas, que clasificaba en función de la edad de las víctimas, así como de la práctica a las que se veían sometidas.
Los cerca de 850.000 vídeos y fotografías requisados en los dos pisos del ingeniero vallisoletano estaban distribuidos por varios dispositivos informáticos, discos duros, un ordenador portátil y una colección «perfectamente ordenada y estructurada de 68 DVD», detallaron estas mismas fuentes en esa nota de prensa. Gran parte de estos archivos eran intercambiados y compartidos con otros usuarios a través de cuentas de correo electrónico y diversas páginas y foros privados de internet, todos de temática pedófila.
El manual de los abusos
Lo más llamativo para el equipo del Grupo de Delitos Telemáticos que efectuó la detención y que se ha encargado de revisar cada uno de los equipos informáticos del arrestado fue el hallazgo de una especie de manual, que también compartía con sus contactos en el mundo pedófilo de internet, sobre cómo abusar de niños. Se trata de un documento de 170 páginas, en inglés, «con consejos para buscar menores y técnicas para abusar de ellos sin ser detectado». «Sería un manual para poder dar el salto de la pedofilia a la pederastia, de ver pornografía infantil a poder empezar a protagonizarlo», según estas fuentes.
El juez encargado del caso, una vez analizada la documentación intervenida y las diligencias que ha elaborado la Guardia Civil, ha decretado su ingreso en prisión sin fianza. En un principio, se le imputan los delitos de tenencia y distribución de porno infantil a través de internet.
