La política internacional está de luto después de que la exprimera ministra británica Margaret Thatcher muriera ayer a los 87 años tras sufrir un derrame cerebral.
Conocida con el apodo de Dama de Hierro, la política conservadora ya había sufrido varios ataques de ese tipo en los últimos años, que se vieron agravados después de que en 2008 se le diagnosticase demencia senil.
La primera mujer que se hizo con la Jefatura del Gobierno británico estuvo en el poder entre 1979 y 1990, convirtiéndose así en una pionera de la política europea y en una de las figuras más relevantes del pasado siglo XX. De sus mandatos destacan la guerra de las Malvinas contra Argentina, en 1982, y sus reivindicaciones dentro de la entonces conocida como Comunidad Europea. Su frase «Quiero que me devuelvan mi dinero», con la que impuso el cheque británico en el marco de la UE, se hizo legendaria.
Thatcher, que falleció en el Hotel Ritz de Londres, donde vivía desde su último ingreso hospitalario en diciembre, será incinerada la semana que viene, siguiendo los deseos de su familia, que no determinó una fecha exacta. Además, recibirá un funeral con honores militares, tal y como informó el primer ministro británico, David Cameron, que recordó cómo la Dama de Hierro «amó su patria».
«Se ha ganado un lugar en la Historia», aseguró, al recordar que no solo lideró la nación, sino que, incluso, «la salvó». En este sentido, destacó cómo se impuso a los convencionalistmos y, tras convertirse en la primera mujer al frente del Ejecutivo, libró una «gran batalla política» en plena Guerra Fría, hasta el punto de «coger un país que estaba arrodillado y ponerlo de nuevo en pie». «No podemos negar que la señora Thatcher dividía opiniones. Para muchos de nosotros era y es una inspiración. Para otros, era una fuerza contra la que definirse», concluyó.
Cameron conoció el fallecimiento en Madrid, donde mantenía una reunión con el presidente español, Mariano Rajoy, quien destacó la «firme determinación reformista» de la exmandataria, quien, según agregó, «deja un legado valiosísimo» a los líderes europeos frente a los «complejísimos desafíos» a los que se enfrentan actualmente.
La reina Isabel II lamentó la defunción «con grave pesar», mientras que el sucesor de Thatcher al frente del Gobierno, John Mayor, lloró el adiós a una «auténtica fuerza de la naturaleza» y a un «fenómeno político». «Sus reformas de la economía, la ley de sindicatos y la recuperación de las Malvinas la elevan por encima de los políticos normales y no se habría conseguido con ningún otro líder», señaló. «Sus espectaculares características siempre serán recordadas por quienes trabajaron cerca de ella: coraje y determinación en la política y espíritu de humanidad y generosidad en privado», agregó.
Por su lado, el expresidente soviético Mijail Gorbachov destacó la contribución de la Dama de Hierro al final de la Guerra Fría y recordó que su relación fue «al principio, complicada», pero siempre estuvo marcada por «la comprensión mutua».
Mientras, la canciller alemana, Angela Merkel, elogió a la británica, a la que calificó de «ejemplo» para muchas mujeres en política.
El Gobierno de las Malvinas lamentó la defunción. «Siempre estaremos agradecidos por todo lo que hizo por nosotros», indicó.
El estadounidense Barack Obama alabó la «voluntad de hierro» de la exprimera ministra, a quien recordó como «una de las grandes luchadoras por la libertad» y una «verdadera amiga» de Washington.
También el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, destacó a la exmandataria como una «líder pionera» por su contribución a la «paz y la seguridad, particularmente durante la Guerra Fría».
Además, el jefe de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, señaló que la fallecida «será recordada por sus aportaciones como por sus reservas a nuestro proyecto común».
