La novillada sin picadores, preámbulo del breve ciclo que conforma este festejo menor y la corrida de rejones del próximo sábado, deparó un magnífico festejo con puntos confluentes de mucho nivel que fueron valorados por el público que salió de la plaza sumamente satisfecho por lo visto y sentido en lo sensitivo y emotivo al mismo tiempo.
La plaza registró menos de la mitad de su aforo. Presidió Antonio Toledano con equidad. La reina de las fiestas y damas, punto de mira y contemplación por su palmito y abierta simpatía. La banda municipal de Nava, espléndida en la interpretación de pasodobles toreros.
Los novillos De la ganadería de Mercedes Figueroa, procedencia Santa Coloma, de justa presencia y de gran juego con algunos erales pastueños y boyantes. De más a menos el que abría plaza que terminó tirando derrotes. Bueno el segundo, muy buenos tercero y cuarto, excelente, el mejor del encierro el quinto y gran novillo el que cerraba festejo.
Los novilleros David de Miranda, de azul cobalto y oro, onubense y con una actuación salpicada de variados aspectos en positivo y negativo. Tres aceptables lances y revolera. Ayudados por alto y muletazos en redondo sin meter los riñones y toreando al son del novillo, sin acompañar ni obligar, es decir en terreno ambiguo. Sacó dos buenas series cuando se tomó la cuestión con mayor decisión ofreciendo una imagen más acorde con lo flexible y juncal. Fase de toreo «ojedeista» gustándose y desistiendo por el pitón izquierdo por donde se vencía el burel. Terminó como su antagonista, embarullado. Mató mal saludando desde el tercio.
Al entrepelado cuarto, lances encogida la figura. Fea estampa torera. Pases cambiados y toreo en redondo con buen argumento técnico-estético, algunos naturales sin la debida ligazón y retorno al diestro por donde consiguió una muy buena faena con pases de valiosa imagen y rotunda ligazón. Pese a pinchar dos veces y agarrar una estocada delantera, le fue concedida una oreja.
Andrés Roca Rey, de nazareno y oro, peruano de Lima, fue el héroe de la tarde por toreo y por gesta. Tres buenos lances que se jalean. A pies juntos estatuarios que aportan gusto torero sobre todo.
Compone la figura, clava las zapatillas en la arena y ejecuta el toreo de primor y bella contemplación. Puro estilismo y filigrana. Excelente el toreo en redondo, firme y sereno. Pausa, sentimiento y gloria bendita con unos muletazos templadísimos y ligados de tres en tres con el correspondiente pectoral. De pronto es cogido con grave consecuencia, pues resulta herido en la región escrotal. Corta una oreja y visita la enfermería de la plaza para ser atendido de la referida herida.
Con el quinto novillo de la tarde, un magnífico ejemplar de Mercedes Figueroa, se sublimina desde el inicio. La gesta de salir a torear herido aumenta el caudal del mérito contraído. Exquisito toreo a la verónica con vistosa revolera. Sobre la zurda ritmo, cadencia, gusto y estética en tandas que se corean y que hace irrumplir la música para mejor acompañamiento.
Naturales ejecutados con primoroso buen gusto, ligados, limpios y con la figura erguida pleno de entimiento e inspiración. Y en redondo también fluyó el buen toreo. Diez y seis años de edad, buena planta y apoderado por José Antonio Campuzano. Hay torero, torero de verdad con un toreo de alto valor artístico y aportando gusto y sentimiento. Cortó dos orejas.
Fernando Plaza, de verde manzana y oro, madrileño y con figura y excelente corte torero. Dos buenos lances con media. Ayudados por alto y la consigna de intentar de inicio el toreo al natural. Largos, templados los muletazos , encajando los riñones en apostura gallarda y muy torera. Olés que acompañan las evoluciones de este joven valor que dejó muestras de un toreo de altos vuelos que ancantó a la concurrencia. Dio una espléndida imagen y gustó mucho su desenvoltura y aportación estética. Buena faena con remate final con la espada un tanto irregular. Cortó una oreja.
Y con el que cerraba plaza, pobre bagaje con el capote y magnífico con la flámula. Doblones eficaces, buen toreo al natural muy acorde con la templada y repetidora embestida del astado y repitiendo tandas de muy delicada ejecución, componiendo la figura, estirada la planta o baja la mano, según, para rematar con pectorales de pitón a penca.
Espléndido el madrileño. Qué cadencia imprimió al toreo con medido trazo y poniendo sentimiento y armonía en la labor muleteril. El gran novillo colaboró al éxito del toreo que cortó otra oreja.
El diestro Andrés Roca Rey, fue atendido en la enfermería de la plaza de una herida producida por asta de toros en la región escrotal de ocho centímetros de longitud que no afecta al testículo. Pronóstico menor grave. Fue autorizado a lidiar su segundo novillo.
