Tal y como se esperaba del Pontificado de Francisco, basado en una nueva etapa de transparencia y humildad en la Iglesia católica, el Papa Bergoglio nombró ayer una comisión pontificia de cinco miembros que analizará las actividades del Instituto de Obras Religiosas (IOR), conocido como el Banco Vaticano, según informó el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el también jesuita Federico Lombardi.
El comité, que estará presidido por el Cardenal Raffael Farina, recopilará documentos, datos e información sobre el IOR y presentará los resultados de su trabajo al Papa, que ha tomado esta decisión por su deseo «de conocer mejor la situación jurídica y las actividades» del Banco Vaticano para «permitir una mejor armonización del mismo con la misión de la Iglesia universal y la Sede Apostólica, en el contexto de las reformas que sean oportunas realizar por parte de las instituciones que dan auxilio al Obispado de Roma».
Esta delegación pontificia sobre el IOR fue constituida a través de un quirógrafo, es decir, un documento escrito a mano, con fecha del 24 de junio que se dio a conocer este miércoles.
La comisión «comenzará su trabajo en estos días» y tiene como objetivo «recopilar información» sobre las actividades del Banco Vaticano para después «presentar los resultados al Pontífice junto a su archivo completo» al término de los trabajos.
Acerca de la duración del grupo de investigación y de cuándo se presentarán los resultados, el padre Lombardi precisó que se desconoce el período de trabajo, pero se puede prever que presenten un primer informe en octubre, cuando el Papa se reunirá con la comisión de los ocho cardenales que lo asesoran sobre la reforma de la Curia romana.
Además, Lombardi explicó que esta comisión está instituida por cinco miembros, su presidente es el cardenal Raffaele Farina, «hombre de confianza del Santo Padre»; el cardenal Jean-Louis Tauran, que es también miembro del comité de supervisión del IOR y presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso; monseñor Juan Ignacio Arrieta Ochoa de Chinchetru como coordinador; Peter Bryan Wells, representante de la Secretaría de Estado y Mary Ann Glendon, presidente de la Academia de Ciencias Sociales.
Asimismo, el portavoz vaticano confirmó que «durante el curso de los trabajos de la comisión, el Instituto seguirá trabajando según el quirógrafo de 1990, salvo diversas disposiciones del Papa». Lombardi señaló que espera «una feliz y productiva colaboración entre la comisión y el Instituto».
Con esta decisión, el Pontífice «ha querido adecuar mejor las estructuras y las actividades del Instituto a las exigencias de los tiempos actuales», sigue la invitación de su predecesor Benedicto XVI para «permitir que los principios del Evangelio permeen también la actividad de naturaleza económica y financiera» y lo hace «a la luz de la necesidad de introducir reformas en las instituciones».
El documento que nombra al comité indica que «está dotado de poderes» para acceder a documentos con secreto de oficio u otras eventuales restricciones.
