Como decía Pío Baroja, “el hombre poetiza todo lo lejano.” El poeta Sesi García García nació en San Sebastián de los Reyes, Madrid, en el año 1992. Tras la publicación de varias de sus obras, como algunos poemas en la “Antología poética Bukowski Club” y su primer poemario, “Tabaco de liar”, ahora se adentra en la bonita ciudad de Segovia para plasmar sus rimas en el papel.
El talento de este joven de 21 años no ha pasado desapercibido en distintos certámenes en los que ha sido finalista, participando y organizando además en numerosos recitales de poesía a partir del año 2011 en diversos lugares de Madrid.En la actualidad forma parte del colectivo “De verso en pueblo”, cuya actividad consiste en expandir la poesía por los pueblos de toda la geografía nacional.
Todo comenzó tras la lectura de ‘Poeta en Nueva York’, de Federico García Lorca. Este joven entendió al famoso poeta y bebió de su obra para inspirarse en el recuerdo y la imaginación de un contexto ajeno al suyo propio. Con ‘Los poemas de la imaginación en Segovia’, García pretende crear unos versos con una unidad, Segovia en este caso, a la vez que “da rienda suelta a la libertad que ofrece la poesía imaginando y creando nuevas situaciones, nuevas imágenes vitales”.
Para Sesi García, Segovia forma de algún modo parte de su historia, de sus recuerdos y su persona. El poeta profesa un cariño muy especial hacia la ciudad. Le apasiona el aire fresco que aquí se respira a la vez que la imagen de Segovia, con su arte, su historia y arquitectura robaron su atención hace años. Un lugar más para perderse junto a buenos amigos que le esperan aquí con los brazos abiertos.
Además, los poemas de “Las afueras” de Jaime Gil de Biedma han inspirado al poeta García a la hora de escribir este conjunto de poemas, pues uno de los pilares de su obra es el recuerdo, la memoria de una infancia sobrevivida en Nava de la Asunción, localidad dentro de la provincia de Segovia. Este prometedor artista desea que estos versos sean un ‘cuaderno de ejercicios’, como expresaba Azorín. Quiere escapar del verso blanco de endecasílabos al que está acostumbrado y trabajar nuevos metros, a la vez que experimenta nuevos ritmos y nuevas imágenes poéticas.
