Quizá ‘Los Secretos’ se inspiraron en ella cuando compusieron «La calle del olvido». Ha cambiado varias veces su denominación, aunque no su aspecto. Bautizada como Pista Militar, por el trasiego de tanques desde el antiguo Regimiento y la Base Mixta, pasó a denominarse como avenida de José Antonio, para mayor gloria del fundador de La Falange, y , ya entrada la democracia, se rebautizó como avenida de la Constitución. Pese a lo honorable de su nombre y ser una de las arterias principales de la ciudad, la avenida de la Constitución es, sin duda, la gran olvidada, desde hace décadas, en los planes de arreglo de calles, pese a que su deterioro avanza a pasos agigantados.
La avenida de la Constitución tiene una longitud de 900 metros, entre la Plaza Alto de los Leones y la Carretera de Valdevilla. Es la única de las grandes arterias de la ciudad que mantiene un firme de adoquín. La constante circulación de vehículos, incluído el tráfico pesado, ha provocado numerosos hundimientos en la calzada; unos baches especialmente llamativos en la zona más próxima al antiguo Regimiento. «Si bajas con el coche un pelín deprisa parece que vas a caballo», describe José Antonio Vicente, que regenta una frutería en la avenida. Aceras en mal estado, falta de alcantarillado, una pobre iluminación y una distribución de los aparcamientos que dificultan la visibilidad de los conductores que acceden desde las calles transversales, son solo algunos de los problemas de una vía que también ha sido escenario de no pocos accidentes, especialmente atropellos. Es la calle que aglutina más quejas ciudadanas por el deficiente estado del firme, de adoquín sobre tierra y cemento, con numerosos baches y «parches de asfalto» y que en algunos puntos se encuentran totalmente descarnados.
La avenida de la Constitución es una de las travesías propiedad de la Junta de Castilla y León, como lo son también la Cuesta de los Hoyos, el primer tramo del Paseo de Ezequiel González, el Paseo de Santo Domingo, la carretera de La Granja (frente al Restaurante Lago) y la carretera de Villacastín. En consecuencia, corresponde a la administración regional su arreglo. No obstante, el Ayuntamiento está dispuesto a acometer la reparación, tras la cesión de la vía, y si por parte de la Junta de Castilla y León se transfieren los fondos económicos necesarios para acometer una obra que se presume de envergadura.
«La avenida de la Constitución es propiedad de la Junta, pero no hace nada, nosotros [el Ayuntamiento] hacemos los arreglos de averías y ordenamos el tráfico, es nuestro papel», asegura el concejal de Tráfico, Transportes y Policía Local, Alfonso Reguera, quien asegura que «lo que tiene que hacer la administración regional es cedernos esta avenida con los fondos necesarios para arreglarla».
El Ayuntamiento y la Junta iniciaron conversaciones en 2004 para sellar un convenio que permitiera la cesión de todas las travesías de titularidad regional. En marzo de 2006 el entonces equipo de Gobierno, formado por PSOE-IU logró sacar adelante una moción que hacía referencia a esta cuestión. Entonces, explicaba el alcalde, Pedro Arahuetes, la Junta proponía la cesión en las mismas condiciones económicas que lo hizo el Ministerio de Fomento, cuando traspasó 10,5 kilómetros de travesías de titularidad estatal en enero de 2005 por 2,5 millones de euros. Sin embargo, desde el Consistorio se apuntó que estas condiciones económicas eran viables al entender que los fondos necesarios estaban muy por encima de esa cantidad.
En lo que se refiere a la Avenida de la Constitución, en 2005 el Ayuntamiento envió a la Junta una memoria valorada sobre el coste que tendrían las obras, que cifró en 1,1 millones, una cantidad que actualizó dos años después, elevándola a 1,7 millones.
En la actualidad, Reguera cifra el coste del arreglo integral de la calle en unos «2 ó 3 millones de euros». Para el concejal, el problema que presenta la avenida de la Constitución «es claramente urbanístico». «Habría que levantar toda la calle, desde el Regimiento hasta la rotonda del Pastor, y hacerla completamente nueva», sostiene el edil. El Ayuntamiento plantearía un nuevo diseño de la avenida, creando un bulevar, con separación de carriles, al estilo de Conde Sepúlveda, sustituyendo su firme de adoquín por el asfalto, en el que se podrían pintar líneas de separación de carriles.
Reguera sostiene que la obra permitiría también reordenar todas las áreas de aparcamiento y solucionar los problemas de visibilidad que tienen los conductores que se incorporan desde las calles transversales. Aunque en estos puntos de intersección los bordillos están pintados de amarillo, hay conductores que obvian la prohibición y estacionan perjudicando la visibilidad, a lo que también contribuye el actual aparcamiento en batería. Los trabajos se aprovecharían, de acuerdo con Reguera, para renovar las redes de agua e incorporar un sistema de recogida de aguas pluviales, además de soterrar todas las canalizaciones de luz y telefonía.
«Es una calle muy ancha, muy grande, y el Ayuntamiento tiene unos recursos limitados, es una obra que tendría que hacer la Junta o, en su caso, ambas administraciones, en virtud de un convenio que fije el porcentaje de inversión por parte de cada una», apuntó Reguera.
En cuanto a la cesión de travesías, el delegado territorial de la Junta, Javier López-Escobar subrayó, hace tan solo unos días, que hace nueve años la Consejería de Fomento ofreció la cesión de todas las travesías de titularidad autonómica, según la normativa estatal al respecto. «Entonces, el Ayuntamiento de Segovia asumió las travesías del Estado, pero no las de la Junta. Hace tres años volvió a reclamarlas, pero solo la avenida de la Constitución, y no la Cuesta de los Hoyos. Ese tipo de cesiones no se pueden acometer a la carta», indicó el representante regional.
