Intérpretes: Trío B3 Classic Trío
Joan Borrás, clarinete
David Johnstone, violonchelo
Juanjo Albinyana, piano
Obras de: A. Gyrowetz y L. van Beethoven
Fecha: Miércoles 20 de marzo de 2013
Lugar. Teatro Juan Bravo
Organiza: Sociedad Filarmónica
En este primer día de primavera la Sociedad Filarmónica programó un trío de clarinete, chelo y piano con dos obras agradables y relajadas, libres de preocupaciones de las que tanto estamos bombardeados en estos tiempos.
El trío está formado por dos españoles y un chelo inglés extrovertido que hace las introducciones, los tres buenos músicos y a los que ya conocíamos en este escenario.
El programa se componía de dos obras poco frecuentes en los atriles de hoy en día. La primera es un trío de Adalbert Gyrowetz, músico de Bohemia que viajó por toda Europa y conoció a todos los grandes músicos de su tiempo, final del clasicismo y comienzos del romanticismo. Su música está bien construida, pero ya avanza que se rige por un ambiente clasicista que no le deja llegar al romanticismo, que ya se vislumbra.
La segunda obra era el trío de Beethoven basado en el septimino que ya había escrito anteriormente y que le había supuesto un gran éxito de público. Como en su obra origen, la riqueza de melodías es marca de la casa, pero su contención en la forma y su limitación no hace que se vea que rompe con los moldes anteriores y, pasando de la ceremonia en la forma, descubra nuevos horizontes más inconformistas y llegue a la genialidad de otras obras que estaba escribiendo en aquellos momentos como, la obertura Eleonora, el Fidelio o la tercera sinfonía, la Heroica.
Es un momento crucial en la historia de la música, los finales del clasicismo, con toda su belleza, para dar un nuevo paso hacia el romanticismo, del que Beethoven sería su compositor más emblemático. Aún así, hay destellos en lo más difícil en la forma, en el minueto, hay hallazgos agresivos y brillantes dentro de los otros movimientos tan contenidos.
Buenos regalos
Como regalos nos dejaron dos joyas que nada tienen que ver con el espíritu clásico, un «Cisne» proveniente del Carnaval de los Animales de Camille Saint-Saens, delicadísimo y de melodía tan post-romántica y el Ragtime de la ópera Porgy and Bess de George Gershwin, una historia urbana de la gente de color en Estados Unidos. Fueron dos regalos que dicen mucho de la forma de atacar el repertorio un poco más avanzado para nuestros tiempos.
Un buen concierto que reflejaba la ruptura de ambientes musicales en la historia de la música y que siempre sabe romper el ambiente ceremonioso para llegar a horizontes con más libertad y de esta manera abordar hechos artísticos más verdaderos para el oyente de cada época.
