El equipo que coordina la búsqueda de Fernando París desaparecido el pasado 15 de junio ha pedido a las operadoras telefónicas un informe sobre si desde el terminal del hombre, de 78 años, se han realizado llamadas una vez que se le perdió la pista.
Así lo aseguró la subdelegada del Gobierno en Segovia, Pilar Sanz García, quien explicó que la búsqueda continúa activa y sin nuevos datos sobre el paradero del anciano. «No se puede hacer mucho más ya», apostilló la representante del Gobierno central en la provincia mientras continuó pidiendo el apoyo de la colaboración ciudadana.
El hombre, muy conocido en Segovia y en la provincia, donde realizaba trabajos fotográficos, desapareció supuestamente en las inmediaciones del barrio de Nueva Segovia.
Los últimos datos que aportó la familia apuntan a que se encontraba por la zona comprendida entre el barrio segoviano, la carretera de Palazuelos hasta llegar el río Eresma, pasado La Albuera. Además, según la operadora telefónica, la última llamada se registró en un repetidor situado en esta misma zona.
El desaparecido, con inicio de calvicie, ojos pequeños y con gafas, vestía en el momento de su desaparición un traje gris, con el pantalón más oscuro que la chaqueta, corbata y calzado cerrado.
Soluciones para los coches abandonados
Desde la Subdelegación del Gobierno en Segovia se está trabajando para intentar lograr un convenio con el Ayuntamiento de la capital que permita solucionar el problema de los vehículos intervenidos judicialmente y que con el tiempo se convierten en coches abandonados, con el consiguiente problema de imagen de suciedad y de depósito de chatarra.
Según explicó ayer la Subdelegada de Gobierno de Segovia, Pilar Sanz, actualmente se está negociando un convenio con el Ayuntamiento de Segovia para intentar solucionar el depósito de estos vehículos, que a veces son requisados o intervenidos por los agentes de la Guardia Civil o de la Comisaría de Policía. El teniente coronel de la Guardia Civil, Juan Miguel Jiménez, aclaró que los vehículos que se intervienen se ponen a disposición judicial y es cada juzgado que tramita el expediente, el que se encarga de su custodia y su depósito. A menudo se quedan en las inmediaciones del cuartel o de la Comisaría, pero aún así, también terminan desvalijados y convertidos en chatarra.
