Un total de 32 voluntarios participaron el pasado fin de semana en el tradicional censo de nutria que WWF realiza en las Hoces del Riaza. En esta edición del censo, la número dieciocho, se detectó la nutria siete veces —cuatro por la noche y tres por la mañana— desde cinco puntos diferentes a lo largo de más de doce kilómetros de río.
El recuento tradicional de la población de nutria en las Hoces del Riaza cumple 18 años. Como cada verano, los voluntarios de WWF acuden a este evento anual. En esta edición no sólo se detectó al animal de forma visual, sino que también fue posible la obtención de imágenes fotográficas por parte de una de las voluntarias participantes durante la espera del amanecer, que constatan la presencia de la nutria en este tramo del río.
Los voluntarios realizaron una espera de cinco horas distribuidas entre el atardecer y el amanecer del día siguiente, confirmando la existencia de al menos dos territorios ocupados por nutrias, el primero a escasos kilómetros del núcleo de población de Montejo de la Vega (aguas arriba del pueblo), y otro dentro del cañón del río Riaza situado entre el Embalse de Linares y el núcleo de Montejo.
En esta edición la nutria ha sido observada por parte de 5 voluntarios. El número de observaciones que han tenido lugar son 7 en total, 4 durante la noche y 3 durante la mañana. También se observaron otras especies que, como la nutria, son indicadoras de una buena calidad del ecosistema fluvial, como la rata de agua. Como en años anteriores, los voluntarios detectaron una gran variedad de animales diferentes, entre las que destacan el martín pescador, el abejaruco, la oropéndola y la garza real, y mamíferos como el jabalí, zorro y el corzo. En total se avistaron más de 80 especies diferentes.
La presencia de nutria en este tramo del río Riaza muestra un año más su buen estado de conservación, aunque aún queda bastante trabajo por hacer para asegurar el óptimo estado del río y sus riberas. En concreto, se hace necesaria la depuración de las aguas de muchos municipios que vierten al río, así como la restauración ambiental del bosque de ribera en algunas zonas en las que ha sido sustituido por cultivos o plantaciones. Según Adena, la presa de Linares y el régimen de sueltas de agua para regadío en verano alteran las condiciones natuarles del río.
Con esta actividad comienzan las acciones de participación, sensibilización y educación ambiental de la temporada de verano en El Refugio de Rapaces de Montejo de la Vega que se prolongarán el próximo mes de julio en esta zona de la provincia.
