Cerrada la huracanada era de José Mourinho, el Real Madrid inició ayer la construcción de un nuevo proyecto deportivo entre numerosos rumores de fichajes y la incertidumbre de las próximas elecciones presidenciales.
El luso ya es historia en el club blanco, por más que el técnico aún siga al mando en dos partidos intrascendentes antes de finalizar la temporada. Pero ha llegado el momento de que la entidad asuma el inicio de una nueva etapa y la toma de decisiones.
La más urgente parece la contratación del nuevo entrenador. Aunque muchos medios dan por seguro el fichaje de Carlo Ancelotti, el PSG expone su cuota de orgullo y reclama dinero para rescindir el año de contrato que tiene el italiano. Mientras, en la prensa aparecen las alternativas del alemán Jupp Heynckes y el español Rafael Benítez.
También empiezan a sonar nombres de futbolistas que presuntamente interesan al equipo. El Real Madrid necesita vender ilusión a sus hinchas tras el fracaso de esta campaña y Florentino Pérez debe reforzar su imagen de «conseguidor» ante las próximas elecciones a la Presidencia, que se celebrarán el 16 de junio.
Así, según indicó la Cadena SER, el Real Madrid entregaría un cheque en blanco al Borussia Dortmund para fichar al delantero polaco Robert Lewandowski. La información agregó que el mandatario también desea a Isco, centrocampista del Málaga y nueva perla del fútbol nacional.
Mientras, As publicó que prepara «una ofensiva» por el galés Gareth Bale, la estrella del Tottenham y uno de los jugadores más cotizados de la actualidad.
Por otra parte, también aparecen en los medios de comunicación los nombres de algunos futbolistas que son candidatos a salir del bloque a partir del 30 de junio, como es el caso de los argentinos Gonzalo Higuaín y Ángel Di María, el croata Luka Modric o los portugueses Pepe y Coentrao.
Pero el papel de los jugadores en la reconstrucción del Real Madrid parece menor comparado con la necesidad de reorganizar la institución y las parcelas de poder tras el ‘Huracán Mou’.
Progresivamente, el portugués fue asumiendo múltiples tareas desde su llegada al club en verano de 2010, hasta el punto de manejar fichajes, médicos, logística, comunicación y hasta comidas en su mandato final.
El entrenador portugués, que un año después de su llegada logró el despido del número dos del club, el argentino Jorge Valdano, cambió todo el organigrama, favoreciendo las contrataciones de quienes eran afines a él.
El propio Florentino Pérez también se mostró sumiso y le cedió una de las parcelas que más le gusta al presidente: los fichajes. En la rueda de prensa que ofreció el pasado lunes para anunciar el adiós del técnico, no detalló si en la nueva etapa se volverá a retomar la figura de un director deportivo o si él mismo recuperará el mando de las operaciones.
Otra de las misiones es recuperar la unidad, por más que Pérez asegurara que no hay fractura interna en el vestuario. Sin embargo, es bastante obvio que el conflicto abierto entre Mourinho y el capitán, Íker Casillas, creó una profunda división en la hinchada.
Finalmente, queda otro asunto nada claro en el futuro inmediato del Real Madrid y el protagonista es una de sus principales figuras, Cristiano Ronaldo. Su renovación -o no- es una tema delicado en manos de Florentino Pérez, que no de desea pasar a la historia como el presidente que dejó escapar a la megaestrella lusa.
No obstante, sin Mourinho al mando del banquillo, con quien no se hablaba en los últimos tiempos, parece que será mucho más fácil convencerlo.
