El barrio de San José libró ayer su primera ‘batalla’ por ahuyentar a los estorninos negros (Sturnus unicolor) que han convertido el denominado ‘parque infantil de tráfico’ en un gigantesco dormidero de la especie. El problema había sido ya denunciado por los vecinos, que se quejan de la acumulación de los excrementos, el hedor que despiden (“huele a gallinácea”, decía Juan Velasco) y el estruendo que producen las aves cuando llegan, a la caída de la tarde, a dormir.
En vista de la “invasión masiva” de estorninos negros (se calcula que solo en el ‘parque infantil de tráfico’ duermen entre 6.000 y 7.000), y dados los riesgos higiénico-sanitarios y de seguridad ciudadana que podrían derivarse de esta situación, el Ayuntamiento solicitó previamente a la Junta la autorización para efectuar un control de la plaga. Y, de forma pionera en Segovia, el Servicio Territorial de Medio Ambiente dio el visto bueno a la combinación de cuatro métodos disuasorios: El disparo con armas de fuego (de calibre 12 y con perdigón de polipropileno), el lanzamiento de material pirotécnico, los vuelos controlados de aparatos de aeromodelismo y el vuelo de aves rapaces.
Ayer, una empresa especializada, Abecor, inició el control de la plaga recurriendo únicamente a los tres primeros sistemas. Los halcones no sobrevolaron, al menos en esta ocasión, el ‘parque infantil de tráfico’. En medio de una gran expectación vecinal, y con grandes medidas de seguridad para impedir que los peatones se acercaran a los castaños de indias donde habitualmente duermen los estorninos negros, el personal de Abecor hizo despegar una nave de aeromodelismo, para que volara sobre la zona, amenazando a las aves. Luego, cuando comenzaron a aparecer las bandadas, se dispararon tiros desde lo alto de la escala de un camión de Bomberos, al tiempo que otros operarios encendían cohetes. El estrépito duró un largo rato.
Valeriano Gutiérrez, vecino de San José, mostraba su escepticismo sobre el resultado: “Se lleva ya tiempo intentando asustar a estos pájaros, pero siempre vuelven”. A su lado, el cordobés Francisco Benavides, responsable de la nave de aeromodelismo, intentaba convencer a la concurrencia: “Estas técnicas dan resultado, pero hace falta que se repitan más días”. El tiempo dará la razón a uno o a otro.
Un problema que dura ya tres años
“Ha costado mucho preparar este dispositivo”, indicaba la concejala de Medio Ambiente, Paloma Maroto, desde el ‘puesto de mando’ de la operación. Según explicó, el problema se detectó hace tres años, aunque hasta el verano pasado el Ayuntamiento no se pudo actuar. “En 2010 intentamos disuadir a los estorninos negros con muchísimos métodos, incluido el rayo láser, sin conseguirlo; hasta que al final fue efectiva la utilización de escopetas”, recordaba la concejala, que ese año quería “un método más drástico”. Maroto, que insistía en que el objetivo final “es disuadir a los estorninos, no matarlos”, esperaba ayer que la combinación de varios métodos para el control de la plaga “acabe consiguiendo lo que pretendemos”.