El Juzgado de Instrucción número 1 de Madrid prohibió ayer a cinco de los 14 detenidos por la protesta de Rodea el Congreso del pasado 14 de diciembre acercarse a menos de 500 metros de la sede de la Cámara Baja, según se desprende del auto judicial fechado a 20 de diciembre.
Aunque el mismo sábado de los altercados se arrestó a siete personas, el pasado jueves, en el marco de la operación cresta, se detuvo a otros siete, dos de ellos menores de edad. La medida cautelar afecta a estos últimos, quedan fuera pues han pasado a disposición de la Fiscalía de Menores, señalaron fuentes policiales.
En el auto, el juez, que se encontraba de guardia en el momento de las detenciones, toma esta medida cautelar después de que el Ministerio Fiscal hubiera pedido una orden de alejamiento durante la tramitación de la causa fijada en una distancia de 1.000 metros.
Acusados de un delito de atentado contra agentes de la autoridad y de lesiones, los detenidos, en su declaración prestada en el juzgado, «reconocieron su intervención en la protesta» y, además del propio atestado que origina la iniciación de las actuaciones, hay «reconocimientos fotográficos».
El magistrado entiende así que, para adoptar esta medida no se requiere una «prueba plena» sino un «indicio razonable de la existencia del hecho punible y de la intervención» de los acusados, además del «examen e identificación fotográfica» antes mencionada, que «puede considerarse como un cato de la naturaleza expresada».
A ello se le une la «gravedad» de los hechos analizados, atentar contra el ejercicio de las funciones de los agentes de la autoridad «encargados del mantenimiento del orden interno del Estado» y contra la «integridad física de las personas y el patrimonio de un organismo estatal». Esta gravedad, mantiene, «obliga a impedir la repetición futura de hechos de parecidas características».
De este modo, el juez toma esta decisión con una extensión menor a la solicitada por el Ministerio Público pues, aunque los detenidos residen fuera del término municipal de Madrid, salvo uno que necesita acudir a un centro educativo del barrio de Latina, cree que la distancia de los 1.000 metros «restringiría en exceso las posibilidades deambulatorias de los afectados».
Todos los arrestados están acusados de causar múltiples traumatismos a 11 agentes de las Unidades de Intervención Policial, más conocidos como antidisturbios, a los que arrojaron todo tipo de objetos contundentes. Otras 13 personas resultaron heridas.
Sin comunicación
El pasado sábado 14, los manifestantes comenzaron una marcha por las principales vías de la capital, provocando problemas circulatorios de gran importancia en el centro de la ciudad.
«Lejos de dialogar, los radicales que encabezaban la protesta comenzaron a rodear a los agentes y a proferirles insultos graves, propinándoles patadas y lanzándoles botellas», detalló la Policía.
