Bodas de Plata de Willow para los cinéfilos más nostálgicos. Warwick Davis y Val Kilmer coincidieron de nuevo en un episodio especial de Life’s too short, una serie de la BBC. Las referencias al filme fueron constantes. «Mi personaje desea fervientemente que se produzca una secuela de la película», anticipa el pequeño gran hombre sobre la trama de este capítulo. Uno de los gags recurrentes era que casi nadie la había visto… Pero no es así.
El tiempo corre que no vuela, y ya han pasado ¡25 años! desde el estreno de Willow, que hizo que legiones de fans fueran a ver la película una y otra vez (el que suscribe hasta seis veces). El filme, de Ron Howard, encumbró -y dio esposa- a Val Kilmer, así como al protagonista absoluto, Warwick Davis, que se enamoró de Sarah, una extra. Este simpático inglés de 43 años ha colaborado en sagas como las de La guerra de las galaxias, Harry Potter, Las crónicas de Narnia o incluso Leprechaun, donde daba vida a un duende asesino. Ahora acaba de salir a la venta la versión en Blu Ray, donde gana muchísimo en comparación con lo editado hasta ahora en DVD. Además, hay un montón de extras que harán las delicias de los seguidores de este largometraje del señor Ufgood, porque ese era su apellido en la aventura.
Dicen que usted rodó aquí en España una película. ¿Puede ser o me ha fallado el equipo de documentación?
Sí, bueno, no exactamente. Fue un capítulo de la serie Las nuevas aventuras del Zorro, en 1991. ¡Casi lo había olvidado! Luego volví al Festival de Sitges. Me encanta España.
Hace un cuarto de siglo se convirtió, con tan solo 17 años, en una estrella… Y conoció a su mujer. ¡La jugada de Willow le salió redonda!
Ya lo creo. Y es maravilloso verla remasterizada y con extras como el videodiario que grabé durante el rodaje. De joven tenía la manía de grabar mi vida en vídeo casi a diario, y gracias a eso ahora se puede ver el backstage de la película.
¿Sabría decir qué convirtió a esa película en icono?
Otras cintas de la época emularon su éxito, pero apenas se las recuerda 25 años después. Es curioso. Cuando veo El hobbit, que también se ha rodado en Nueva Zelanda, aprecio sus increíbles efectos especiales. En Willow apenas existían, más allá de los morphings –los generados por ordenador para, por ejemplo, mostrar la transformación de un licántropo–, que se incorporaron por primera vez a una película. Quizá sea la forma casi artesana e inocente en que se rodó lo que la convirtió en un clásico de los años 80.
¿Cómo recuerda su espectacular salto a la fama?
Creo que toqué techo el día en que un fan se me acercó, levantó su camiseta y vi que se había tatuado mi cara en su vientre. Fue una locura verme reflejado en la barriga de aquel tipo (carcajadas). Todavía lo recuerdo y me siento tan extraño, la verdad.
La película gustó a todo el mundo. Al parecer, incluso a la mismísima Lady Di, que estuvo muy simpática con usted.
Sí. Coincidimos en la premiere, y recuerdo perfectamente que ella me dijo: «¡Hay que ver cómo trata usted a las princesas!».
Sinceramente, 25 años después de su estreno, ¿cómo cree que recibirán la película los espectadores que la vean por primera vez? Ya están acostrumbrados a fuegos artificiales de primera…
Creo que ha envejecido muy bien. Los únicos nuevos espectadores a los que he conocido que la han visto han sido mis hijos. Y no imaginas la preocupación del mayor, de nueve años, cada vez que Willow se veía metido en dificultades. Todavía le cuesta distinguir la realidad de la ficción.
También hay muchas leyendas sobre la película: que si Lucas quiso rodarla en el espacio, que si se pensó en una segunda parte, en su adaptación televisiva…
Ninguna me cuadra, la verdad. Lo único cierto es que quedaron en el cajón algunas escenas fantásticas, como una de una espectacular batalla contra un monstruo marino. En la edición en Blu Ray se van a sorprender.
¿Es cierto que George Lucas le propuso el papel cuando apenas era un chaval?
Sí. Con 13 años, le propuso a mi madre el proyecto cuando casi no lo tenía esbozado. Curiosamente, fue mi abuela quien escuchó un anuncio en la radio en el que pedían actores bajitos para La guerra de las galaxias. Cuatro años después, tuve que pelear muy duro para ser Willow, ya que el director, Ron Howard, pensaba que era demasiado joven para ejercer de padre.
Tampoco fue sencillo encontrar a Madmartigan, el caballero.
John Cusack estuvo a punto de llevarse el papel, pero con Val Kilmer todo era diferente.
¿Mirando hacia atrás, hubieras cambiado algo de la cinta?
Ron Howard, el director, me dijo una vez que quizás maquillajes más imaginativos para la reina Bavmorda y el general Kael.
¿Es cierto que hubo alguna conversación sobre hacer una secuela? Los siguientes libros son maravillosos.
Los fans querían una serie de televisión.
¿Qué le parece que estén trabajando ya en el Episodio VII de La guerra de las galaxias?
Adorable, me parece adorable. Me sonó increíble al principio, porque pensé que ya había terminado todo. Revivir esta saga en manos de una compañía que es tan cuidadosa con sus franquicias es algo muy prometedor. Es fantástico, sé que la gente quiere más de esto… ¡Yo quiero! Ojalá me llamen. Ya interpreté a Wicket en El retorno del Jedi y a Greedo en La amenaza fantasma. Si me invitan, espero no estar demasiado viejo. Lo que no sé es si serán precuelas o secuelas, aunque da igual. Que J.J. Abrams se ponga al frente es una gran noticia. Por desgracia, no le conozco, así que me da corte llamarle. Pero me encantaría volver. Quiero ser un villano. Alguien con un sable láser. Tampoco es pedir demasiado.
