Una vez expirado el plazo para cumplir el ultimátum ofrecido por el Ejército al Gobierno egipcio, los tanques tomaron ayer las calles de El Cairo. Además, por exigencia de los Militares, ni Mohamed Mursi ni los Hermanos Musulmanes podrán salir del país, según informaron fuentes de la seguridad nacional. Un detalle confirmado por los propios funcionarios del aeropuerto de la capital, que aseguraron haber recibido la orden de impedir que los líderes islamistas pudieran tomar cualquier vuelo.
Así, las Fuerzas Armadas cerraron todos los accesos a la plaza de Rabea al Adauiya, en el este de El Cairo, donde se congregaban decenas de miles de seguidores del presidente egipcio, una medida adoptada, como aseguraron los propios militares, «para preservar la vida de las personas y evitar enfrentamientos» entre opositores y seguidores del Ejecutivo.
Minutos antes de que finalizara el plazo dado por el Ejército, el presidente egipcio manifestó en un comunicado difundido en Facebook que la legitimidad «es la única garantía para la estabilidad y contra la violencia». De este modo, explicó que su iniciativa busca establecer un Gobierno de coalición en los próximos meses hasta la celebración de unos comicios parlamentarios de los que pueda salir un primer ministro de consenso.
Asimismo, el mandatario responsabilizó a la mayoría de las fuerzas de la oposición de boicotear en los últimos meses los intentos de diálogo lanzados desde el Ejecutivo. «El quiebre de la legitimidad constitucional amenaza con hacer descarrilar el sistema democrático de su camino correcto», aseveró.
Los militares, por su parte, inviatron a una reunión al portavoz de la oposición, Mohamed el Baradei, a representantes de los Hermanos Musulmanes, al máximo representante suní y al papa copto. El objetivo sería establecer una hoja de ruta para poner fin a la crisis que vive el país, según desveló el diario Al Ahram.
Además, el Ejército ocupó el edificio de la televisión estatal, en el distrito de Maspero, y desplegó sus vehículos acorazados por otros puntos de El Cairo, incluidos los alrededores de las embajadas y de la populosa Plaza Tahrir, centro de las principales protestas.
Mientras, uno de los asesores más cercanos a Mursi y alto cargo de los Hermanos Musulmanes, Esam Hadad, calificó los sucesos en Egipto de «golpe de Estado», pronosticando que la postura de las Fuerzas Armadas generará mucha violencia.
«Cientos de miles de personas se reunieron en apoyo de la democracia y del presidente. Y no abandonarán por este ataque. Para moverles tendrá que haber violencia, ya sea del Ejército, de la Policía o de mercenarios. En cualquier caso, habrá un derramamiento de sangre considerable», mantuvo Hadad en un comunicado en Facebook.
Así, el asesor, que dió por hecho que esa era su última oportunidad para escribir en su página, pidió «llamar a lo que está sucediendo por su verdadero nombre: golpe militar».
