Poner fin al conflicto armado interno de Colombia, que ya dura más de medio siglo, parece difícil sin acordar aún ninguna tregua entre el Gobierno y las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) que prosiguen en negociaciones de paz desde noviembre de 2012.
Los combates no han cesado, y prueba de ello es que hasta 17 militares murieron el pasado sábado en una emboscada tendida por las FARC entre las localidades de Fortul y Tame, en el departamento de Arauca. Los ataques estallaron en una carretera que conecta ambos municipios, fronterizos con Venezuela y con una alta actividad guerrillera. Los agresores pertenecen al frente 10 de los revolucionarios, según informaron algunos medios locales. Un total de 11 guerrilleros fueron capturados y trasladados a Tame, seis de ellos heridos. Ni el Ejército ni las FARC se pronunciaron sobre la autoría de lo acontecido.
Sí lo hizo el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, que condenó ayer este ataque. «En el país aún hay algunos terroristas que lo único que hacen es atentar contra el pueblo colombiano, eso no tiene ningún sentido», añadió. El político recordó que la ingente presencia militar en la zona fronteriza del departamento de Arauca permitió la detención de «casi todos los jefes de las FARC» en dicha región y de «casi todos los jefes del Ejército de Liberación Nacional».
La jugada gubernamental
Mientras, el presidente del Gobierno, Juan Manuel Santos, ensalzó que la paz es el principal valor del que dispone ahora el Gobierno para cerrar un acuerdo con la guerrilla. «Que otros se feliciten por la guerra. Yo, con la esperanza de 47 millones de colombianos en mi corazón, me la juego por la paz», exclamó. El jefe del Ejecutivo refrendó su confianza en las negociaciones y exhortó a aprovechar esta oportunidad histórica de terminar con el conflicto.
«Hoy quiero reafirmar -a ustedes, senadores y representantes, y al país- que estamos ante una oportunidad real, sin duda ante la mejor oportunidad de nuestra historia de poner fin al conflicto armado», declaró.
Por su parte, el senador opositor Juan Lozano criticó la permisividad del Gobierno para con las FARC y enfatizó que estos combates han ocurrido mientras el presidente manifestaba en un pleno del Congreso que el país era más seguro. «Cómo es posible que la perseverancia terrorista y sangrienta de las FARC no hubiera merecido una sola línea en el discurso de Santos de hoy», reprochó Lozano.
Por su parte, el senador del partido gobernante Roy Barreras repudió el ataque y señaló que ésta es una nueva muestra de la importancia de alcanzar un acuerdo en el alto el fuego con la guerrilla.
