De nuevo los fallos defensivos, unidos a la falta de contundencia de cara a portería, fueron una condena para el Quintanar, que ayer visitó el campo de un rival de la zona baja de la clasificación, y lleno de jugadores de primer año, como el Burgos Promesas 2000.
Pero los segovianos hicieron grandes a los burgaleses, a base de regalarles los goles que consiguieron. El primero de ellos, tras un inicio de partido igualado, llegó en el minuto 20.
Con el 1-0 terminó la primera parte, y en el inicio de la segunda los gualdinegros dispusieron de tres opciones claras para empatar. Pero lo que llegó fue el 2-0, tras un saque de esquina en el que ni el portero ni el defensa estuvieron atentos, dejando el balón muerto para el remate a gol.
Tal y como transcurrieron los minutos finales parecía más cerca el 3-0 que el 2-1. De esta manera, se cumplieron las previsiones, y el Quintanar encajó el tercero y el cuarto.
