Eran las palabras más esperadas de la jornada de ayer después de la publicación de varios extractos del supuesto libro de cuentas del extesorero del partido Luis Bárcenas. Así, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, negó que haya cobrado sobresueldos del PP en dinero negro o que dirigentes de su partido hayan percibido «dinero en metálico» que han «ocultado al fisco». En cualquier caso, prometió «máxima transparencia» para disipar cualquier duda ante la presunta contabilidad opaca y anunció su disposición a hacer públicas las declaraciones de renta y patrimonio de los afectados. De hecho, no dudo en garantizar que las suyas estarán a disposición de quien las quiera consultar la próxima semana en la web de Moncloa.
«Nunca he recibido ni he dado dinero negro, ni en este partido ni en ninguna parte. Es falso. No tengo nada que ocultar ni temo a la verdad», afirmó rotundo Rajoy en una intervención que leyó ante la plana mayor de su partido. De hecho, confesó que estaba leyendo porque no quería pronunciar una palabra «más alta que otra».
Durante esta comparecencia ante los suyos, aseveró que «si alguien piensa que va a abandonar» la tarea que los españoles le han encomendado «se equivocan» y advirtió de que no se quedarán «cruzados de brazos» ante estos «ataques» que, en su opinión, pretenden crear una «situación de zozobra». También quiso poner en valor la investigación interna sobre las cuentas del PP que está realizando la tesorera del grupo, Carmen Navarro, quien, según dijo, es una persona «preparada» para esta tarea porque pertenece al cuerpo de interventores de la Seguridad Social y está actuando «con toda libertad» en este asunto.
Dicho esto, manifestó su intención de no quedarse en esa investigación interna, sino de operar con la «máxima transparencia, rigor y diligencia», ya que, según sentenció, todos los españoles, hayan votado o no al PP, tienen «derecho» a tener la seguridad de que les gobiernan personas honradas e íntegras: «Es importante que los ciudadanos puedan confiar en la honradez e integridad de sus dirigentes, pero en circunstancias como las que atraviesa el país, esa exigencia se hace más imperiosa. No debemos permitir que unas personas a las cuáles estamos pidiendo sacrificios y renuncias puedan tener la impresión de que no estamos a la altura del rigor ético más estricto», puntualizó.
El jefe del Ejecutivo confirmó que su formación conoció la existencia de una cuenta «particular» en un banco de Suiza de hasta 22 millones de euros que no tiene nada que ver con su formación, aunque se le «atribuyó intencionadamente». «El PP ni ha tenido ni tiene cuentas en un país extranjero. Y nunca ha dado órdenes de abrirlas», declaró, tras mostrarse convencido de que los tribunales y la Agencia Tributaria harán que se cumpla la ley.
A continuación, prosiguió, «apareció la historia de los sobres que supuestamente corrían por los pasillos de esta casa, todos presuntos naturalmente». «Ahora las infamias se disfrazan de presuntas», exclamó. Según denunció, de esas notas publicadas en la prensa no se sabe «de dónde salen» o quién las ha puesto en «circulación», pero han dado pie «a toda clase de infundios» e «inflaman el fariseísmo más descarado por parte de quienes piensan que tienen algo que ganar en este río revuelto».
A su entender, el resultado es que ha provocado un «escándalo de grandes dimensiones» que afecta a miembros «muy significativos» de su partido y que «alcanza a la Presidencia del Gobierno» al incluirle a él, si bien ha dicho que no quería entrar en especular sobre «cuáles eran las intenciones» de quien «manipula» los datos o los «filtra dosificadamente».
Mariano Rajoy ha negado que haya cobrado en dinero negro y ha calificado de «falsas» las informaciones que así lo recogen. «Nunca he recibido dinero negro, ni en este partido, ni en ninguna parte. No tengo nada que ocultar. No temo a la verdad. Vosotros sabéis que no he venido a la política ni a ganar dinero ni a engañar a Hacienda», aseveró ante los suyos. A renglón seguido, explicó que tiene una profesión al margen de la política, la de registrador de la propiedad, a la que se dedicaría si quisiera ganar dinero, una confesión que ha hecho, según ha reconocido, con «pudor». «No quisiera tener que decirlo, pero me están obligando. Yo sé ganarme la vida», señaló.
Así, defendió su vocación política, a la que llegó «perdiendo dinero» y sin intención ni de ganarlo, ni de «pedir aplausos» ni «satisfacer vanidad alguna». «Ocurre que para mí el dinero no es lo más importante en esta vida», matizó.
Durante su discurso, acusó al secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, de haber creído «las insinuaciones más dañinas» que se han publicado contra el PP y contra él mismo «sin calibrar en modo alguno el efecto que pueden tener para nuestro país».
El dirigente lamentó el daño que «desean» para él e «intentan» contra el Gobierno, pero, sobre todo, el que «están causando» a su partido y a España. «Lo lamento, pero es todo lo que van a sacar, no podrán impedir que se conozca la verdad», agregó.
