Cuando hace ahora un año, el Ayuntamiento de Segovia inauguró el espacio expositivo permanente en la Casa de la Moneda, el propio alcalde, Pedro Arahuetes, ya advirtió que los contenidos del museo respondían a lo que denominó como una «fase intermedia», en alusión a que aún quedaban por incorporar diversos elementos para completar el proyecto museístico, obra del académico de San Quirce y ex director del Museo Provincial, Alonso Zamora.
Lo que hasta ahora muestra el museo obedece al proyecto diseñado por Zamora, que tomó como base el plan director redactado por el maestro industrial Jorge Soler y el numismático Glenn Murray. En otras palabras, en junio de 2012 se inauguró «parte» del Museo, en la confianza de que las instituciones públicas o patrocinadores procedentes de la iniciativa privada pudieran aportar recursos económicos para afrontar el proyecto en su integridad.
Entonces, el propio Jorge Soler, maestro industrial y profesor de Formación Profesional, admitió que el Museo de la Ceca iba a abrir sus puertas al público con la ausencia de varios elementos, como una prensa a volante, depositada en el Alcázar, o una prensa automática, del siglo XIX, que la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT), entidad colaboradora con la Casa de la Moneda de Segovia, tiene en sus almacenes. Con independencia de estas dos ‘máquinas’, Soler lamentó que el Museo de la Ceca abriera sus puertas sin el «laminador», también llamado «artilugio del ingenio», con el que el público pudiera visualizar in situ el sistema de vanguardia en la acuñación de monedas que el rey Felipe II importó de Austria. Razones puramente económicas impidieron hace un año contar con este elemento. Reproducir este laminador, que se movería con grandes cinco ruedas hidráulicas, de 3,75 metros de diámetro, alimentadas por la fuerza del agua del río Eresma, costaría alrededor de 180.000 euros, una cifra que era inalcanzable para el Ayuntamiento, que, como se sabe, asume, en solitario, como propietario del edificio, la responsabilidad de la dotación de contenidos y su mantenimiento.
Para suplir esta carencia y que el visitante pudiera comprender la ‘moderna maquinaria’ que albergó en su origen la Casa de la Moneda, el Museo exhibe un video, en tres dimensiones, en el mismo punto donde debería estar el artilugio del ingenio, para explicar el funcionamiento de los ingenios laminadores y acuñadores, con los que se estiraban los rieles del metal y se acuñaba la moneda.
Lo cierto es que los amantes del patrimonio, de la historia y de la Casa de la Moneda están de enhorabuena. La Fundación Juanelo Turriano y el Ayuntamiento de Segovia firmarán un convenio, el próximo viernes, por el que la institución docente privada aportará un total de 61.952 euros para construir una reproducción del laminador que albergó en el siglo XVI la Casa de la Moneda, el sistema que permitía producir monedas de forma mecanizada y en serie, precursora, casi tres siglos antes, de las modernas factorías de la revolución industrial.
Dos años
Se calcula que la construcción de este ‘laminador’, de gran complejidad técnica, se prolongará dos años (en 2013 y 2014); y que lo llevarán a cabo, además del propio Soler, el experto en tecnología industrial José María Inzaga y el constructor segoviano Miguel Ángel Moreno, el mismo equipo que, por encargo de la Fundación Juanelo Turriano, construyó las tres ruedas hidráulicas que operan en la Ceca.
El ‘laminador’ que se emplazará en la Casa de la Moneda será similar al que se reconstruyó hace 15 años en Hall (Austria), y como aquel, en lugar de con ruedas hidráulicas, se moverá con un pequeño motor eléctrico. «De momento, no podemos hacer la rueda del laminador porque resultaría muy caro», apuntó ayer la concejala de Patrimonio Histórico y Turismo, Claudia de Santos, quien aseguró que esta ‘maquina’ será la «pieza estrella» del Museo de la Casa de la Moneda de Segovia. De Santos subrayó que «no estamos hablando de un elemento más, sino de la máquina que dio origen a todo el complejo de la Casa de la Moneda, en este caso, de un doble laminador, porque no solo facilita el trabajo de laminado del metal sino que permitía producir monedas en serie, todas iguales, toda una revolución para la época».
