La Casa de la Moneda quedará invadida, a partir del próximo viernes, 2 de agosto, por las grandes y coloridas formas con las que el escultor José María García Moro asaltó durante décadas calles y plazas, en la primera exposición dedicada al artista desde su fallecimiento, en enero de 2012.
Según confirmó la concejala de Patrimonio Histórico y Turismo, Claudia de Santos, la muestra, que se realizará gracias a la firma de un convenio de cesión con la familia del escultor, ocupará los patios interiores y la zona de temporales de la Ceca.
“Será un recorrido por toda su obra, una radiografía de su vida artística”, concretó, con piezas que son propiedad de su viuda.
En las salas interiores podrá verse, en primer lugar un conjunto de esculturas en hierro realizadas entre los años 1964 y 1969, formas compuestas por elementos expresivos de hierro; puntas de armar sujetas por una costra de soldadura.
Seguidamente se recrea una parte de la invasión denominada ‘La habitación vegetal’ que Moro realizó en La Casa del Siglo XV en 1977, “La naturaleza presentada como arte”, lo vegetal elevado por elección del artista a la categoría de arte.
El último espacio expositivo muestra una instalación denominada ‘Ambiente’, creada en 1971. Una estructura transparente en la que se insertan de forma limpia elementos primarios, simples, seriados y organizados de manera geométrica. Cilindros coloreados que sustituyen dispersándose por el espacio a la puntas de armar de 1964.
Ya en el exterior, los patios recrean la obra más intensa y arriesgada que Moro realizó desde 1985 en muchas ciudades patrimoniales de la geografía española y europea. El montaje, en este caso, es estático frente a la propuesta dinámica y participativa que el artista realizó en la mayoría de sus intervenciones. Aún así persiste en la memoria de todos el carácter participativo, provocador y efímero de su obra.
La última exposición de Moro en vida se celebró en el Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente de Segovia en junio de 2011, apenas seis meses antes del fallecimiento del artista.
Con materiales y formas de los empleados en lo que llamó recuperación de las plazas públicas para la práctica del arte, que realizó en numerosos espacios de España, Italia o Portugal, la instalación que albergó el jardín del museo fue como un resumen de su carrera.
Y es que, paradójicamente, Moro empezó con 18 años en la vieja escuela que ocupaba el antiguo palacio de Enrique IV, hoy museo. “Mi vida como artista empieza aquí y termina aquí, me siento ya muy cansado, harto de tanto trabajo”, confesaba entonces, unas palabras que ya preludiaban su muerte.
Moro, como el escultor prefería que se le llamase, era madrileño de nacimiento pero segoviano de adopción, ya que, tras vivir en distintas ciudades del mundo, fijó su residencia en Segovia hace décadas. Fue en su domicilio segoviano de la calle Vallejo donde falleció el 29 de enero de 2012, a los 78 años de edad.
