Canario de adopción, pero cuellarano de nacimiento y de corazón. Así es Juan Carlos Gómez Perlado, preparador físico de la selección española de fútbol sub-19 que recientemente se ha proclamado campeona de Europa de la categoría en Rumanía.
Este éxito no es nuevo para él pues, desde que entró a formar parte del cuerpo técnico de la Real Federación Española de Fútbol, allá por la temporada 2002-2003, los éxitos, en consonancia con los del fútbol español, le han llegado sin cesar. Basta con echar un vistazo a su extenso currículum.
Juan Carlos asegura sentirse “muy contento” tras lograr un nuevo entorchado para el fútbol de nuestro país. Pero, “sobre todo, me considero un privilegiado por poder compartir estos momentos con jugadores que quizás hoy no son tan conocidos, pero que el día de mañana serán la base de nuestra selección”.
Además, en este último triunfo del combinado nacional el trabajo de Gómez Perlado se ha visto reflejado más que nunca. Tras un torneo excepcional, España se plantó en la final ante la República Checa, donde tuvo que remontar en dos ocasiones, una de ellas ya en la prórroga, para llevarse la victoria y el título tras el 2-3 definitivo.
La frescura física demostrada por los jugadores en el tiempo extra puso de manifiesto la gran labor realizada por el cuellarano, aunque él asegura “que es mérito de todo el cuerpo técnico. Entre todos hemos tenido que preparar a unos jugadores que venían de estar de vacaciones y, viendo el rendimiento que han dado, nos han hecho sentir orgullosos”. Aunque también destaca “su fortaleza mental, demostrando que poseen un gran nivel competitivo, clave para poder seguir progresando en el mundo del fútbol y el grupo humano que formaban”.
Día a día
Aunque el verano suele ser época de competiciones, el trabajo en el fútbol base nacional no se detiene a lo largo del año.
Realizando una labor más oscura durante la temporada, Juan Carlos y su equipo tienen que “viajar por toda la península para ver a los jugadores y estar en contacto directo con los seleccionadores territoriales. Posteriormente, se les convoca a los entrenamientos en la Ciudad del Fútbol y, a partir de ahí, se decide quiénes irán convocados a los campeonatos. Un trabajo que pocos ven, pero igualmente gratificante”.
Casado con una canaria, el segoviano mantiene su residencia en Las Palmas, donde hasta 2007 compaginó su trabajo en la Federación con la docencia universitaria, pero “esta profesión no permite estar en casa durante mucho tiempo; los viajes están a la orden del día. Ése es el hándicap principal, que no puedes pasar con los tuyos todo el tiempo que deseas”.
Pese a ello, este amante del fútbol asegura que vio “colmadas sus expectativas con la llamada de Iñaki Sáez en 2002. Es uno de los artífices del éxito de España en categorías inferiores y gracias a él entré aquí junto a Ginés Meléndez”.
segovia. Pese a que su profesión le impide visitar su tierra natal lo que él desearía, Juan Carlos siempre destina parte de sus vacaciones a pasar unos días en Cuéllar.
Y, cómo no, se mantiene al tanto de la actividad balompédica de Segovia. Para él, “gente como Minguela está trabajando muy bien en la base”. Y el hecho de que no aparezcan jóvenes figuras a nivel nacional, Gómez Perlado lo achaca a varios factores: “En primer lugar, a la falta de un equipo de referencia. Aquí ha calado más el fútbol sala. Además, el progreso del jugador lo da muchas veces el nivel del contrincante y puede haber chavales que se vean frenados. Por eso los que brillan se van a un grande”.
