El Barcelona se impuso ayer al Zaragoza y cerró una semana feliz, tras eliminar al PSG en los cuartos de final de la Champions, para mantenerse en el liderato y dejar a los maños en puestos de descenso con un Tello brillante.
El conjunto de Tito Vilanova, que dejó en casa a Messi, Iniesta, Busquets, Alba y Pinto, logró su segunda victoria consecutiva y la duodécima a domicilio a costa de un rival que no levanta cabeza.
Con Xavi ejerciendo de director en el centro, los catalanes no renunciaban a su estilo a base de posesión y presión. Mientras, los maños basaron su juego en la contención defensiva y en sacar petróleo de los pocos despistes de una zaga liderada por Bartra y Adriano. A pesar de que en 18 minutos de juego solo Tello había inquietado la meta defendida por Roberto, la conexión Thiago-Alexis acabó con el gol del canterano, su segundo en Liga, y con el primero de los visitantes.
Sin demasiada brillantez, pero con mucha precisión, el Barça se adelantaba en el marcador ante un Zaragoza peleón, pero algo espeso en la creación. Con Movilla desaparecido, los maños echaron de menos la imaginación del madrileño y Postiga deambuló por el área rival sin ocasionar demasiados problemas a Víctor Valdés.
Con un Thiago imperial y más participativo que de costumbre, los ‘culés’ se bastaron con poco para poner contra las cuerdas al equipo dirigido por Manolo Jiménez. Fue con una asistencia teledirigida del centrocampista cuando Tello marcó el segundo y su sexto tanto en el torneo (0-2) tras quedarse mano a mano con Roberto. Era otro jarro de agua fría, otro varapalo para el Zaragoza antes del descanso.
Tras el parón, y sin apenas tiempo para la aclimatación, Alexis mandó el primer aviso tras una acertada vaselina que superó al meta zaragocista, pero acabó golpeando el larguero. Con la fe mermada y el Barça a pleno rendimiento, Tello dinamitó la contienda tras una precisa acción individual y después de superar a Loovens para batir por bajo al portero Roberto (0-3).
El Barça era dueño y señor del encuentro. A base de su fútbol de toque anestesiaba al contrario y le obligaba a replegarse constantemente. Aunque con un resultado muy adverso, el Zaragoza no bajaba los brazos y Rodri lo intentó sin éxito. Poco después, Rochina probó suerte, pero su disparo se marchaba alto. Aun así, el valenciano había dado algo de vida a los aragoneses tras su entrada en el terreno de juego.
A cuarto de hora para el final del encuentro, los locales habían reaccionado. Pero lo habían hecho tarde y cuando apenas quedaba tiempo para la proeza. Mientras, los de Tito Vilanova administraban el esfuerzo y encararon una recta final plácida para sumar un nuevo triunfo y ver más cerca el título de Liga.
