Quizás como ensayo ante la comparecencia que tiene hoy en el Congreso para explicar el Plan de Estabilidad aprobado hace dos semanas por el Consejo de Ministros, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se explayó ayer ante el Senado con un discurso positivo y de esperanza de cara al futuro y con un mensaje alentador para las comunidades autónomas que cumplen con lo estimado. Así, el jefe del Ejecutivo pidió «dosis de generosidad» a las autonomías que llevaron a cabo el objetivo del déficit marcado en 2012 con las que no lo hicieron y aseguró que, aunque es «bueno» que vean reconocido su trabajo de ajuste, «quien ha cumplido ya se ha ganado la credibilidad y su esfuerzo no ha sido inútil».
En este sentido, y ante la petición del PNV, que reclamó al popular que no haga «como el párroco de pueblo, que abroncaba a los que iban a misa», el inquilino de la Moncloa reiteró la necesidad de sanear las cuentas públicas para volver al crecimiento económico, aunque agregó que cuando la relajación se confirme, será el momento de que Hacienda y las regiones cierren el reparto del déficit del 1,2 por ciento que las autonomías deben cumplir en su conjunto, en el que se debería «ver una señal» de reconocimiento para las CCAA que han cumplido.
«Con un poco de sentido común, mano izquierda, habilidad y generosidad por parte de todos este tema quedará resuelto», insistió el presidente, quien también dejó claro que quien tendrá la última palabra será él. «Hay muchas opiniones sobre este asunto. Yo puedo tener la mía, pero no parece razonable que anuncie aquí lo que yo, que al fin y a la postre tengo que tomar la última decisión, voy a hacer», remachó.
Por otro lado, se mostró convencido de que el Ejecutivo que dirige «está haciendo lo que tiene que hacer» y, por ello, «pronto se producirán resultados que verán una gran mayoría de los españoles», por lo que abrió la puerta a mejorar sus actuales estimaciones macroeconómicas. «Pronto diremos: previsiones a mejor, creceremos y crearemos empleo en España», aseveró.
En defensa de las críticas socialistas, que le acusaron de «tirar la toalla frente a la crisis» y de cambiar «permanentemente» sus pronósticos financieros, Rajoy afirmó que se están produciendo «avances» en la corrección de los desequilibrios que arrastra la economía española, por lo que «las cosas irán pronto mejor». Según señaló, la rebaja de la prima de riesgo por debajo de los 300 puntos básicos, los datos «positivos» del paro y afiliación a la Seguridad Social en abril o la reducción del déficit en 2012 hacen ver que la situación «está cambiando».
Por otro lado, también quiso dejar claro que «no hay varitas mágicas» frente a la crisis y que volver a crecer y crear empleo «necesitará un tiempo». «También ayudarán las decisiones que se tomen en la UE», añadió, antes de recalcar que el Ejecutivo también está trabajando en este ámbito para que así sea.
«El déficit exterior ya no existe, hemos recortado dos puntos de déficit, los precios en el mes de abril estaban en el 1,4% y estarán alrededor del 1% al final del año… Esto nos llevará a crecer y a crear empleo», incidió.
«En los últimos días», señaló, «hemos tenido buenas noticias que demuestran que hay un rumbo trazado y que empieza a haber ya signos positivos», y emplazó al PSOE a que se haga eco de ellos.
