dpa / madrid-cincinnati
Parece que el circuito está de acuerdo en que Rafael Nadal es el tenista del momento: el mejor, el más temido y el favorito para el inminente Abierto de Estados Unidos, una prueba de fuego que puede terminar en broche de oro para la imponente temporada del español. «Desde que volvió, Rafa es el mejor jugador del mundo», manifestó Novak Djokovic, el mejor, el ‘número uno’, según el ranking. Sin embargo, la lista no refleja la superioridad de un deportista que arrancó 2013 sepultado por las dudas en torno a sus rodillas.
Nuevo ‘número dos’ -subió dos puestos en dos semanas-, el manacorí venció el pasado domingo en el torneo de Cincinnati, y apunta ya con su raqueta a Nueva York, al último grande de la temporada, otra competición sobre cancha dura, superficie que solo regaló sonrisas a Nadal en 2013. «Es el favorito para el US Open», declaró el estadounidense John Isner, su última víctima, en un resumen del pensamiento general.
Ganador de 12 Grand Slam, Nadal acumula esta temporada 53 victorias -por solo tres derrotas-, nueve títulos y otras dos finales más perdidas. Entre sus coronas de 2013, figuran Roland Garros y cinco torneos de categoría Masters 1.000. Además, está a tan solo dos entorchados de su curso más exitoso en cantidad, 2005.
sin incógnitas. El balear no conoce la derrota este año sobre esta superficie, en teoría, la más dañina para sus articulaciones, y solo queda por ver dónde se detendrá la progresión de un tenista que en seis meses enterró unas dudas que hace un año parecían eternas. Pocas incógnitas quedan ya de que el jugador que volvió en febrero era igual o mejor que el que se perdió la segunda parte de la temporada 2012. Y pocos se atreven a dudar de que el ganador de ocho Roland Garros terminará 2013 o empezará 2014 al frente del ‘top ten’. «Nunca hice algo como esto en toda mi carrera. Así que fue un momento muy emotivo por muchos hechos diferentes. En primer lugar, he ganado un torneo muy importante. En segundo lugar, después de todos los problemas que tuve, he competido dos semanas seguidas al más alto nivel», aseveró el español después de ganar en Cincinnati. «Jugué un buen partido, pero mi rival fue uno de los mejores de la historia», lamentó el gigante Isner. Nadal se tiró al suelo tras lograr el último punto de la final. Sus dedos erguidos y en tensión daban buena cuenta de lo que significa para el ‘exnúmero uno’ ganar dos campeonatos consecutivos sobre asfalto.
«Fue una celebración típica de una victoria en una final de un Grand Slam, no de un partido en sets corridos en un evento de preparación (para el US Open) ante un jugador que no era cabeza de serie», analizó el New York Times.
Pero Nadal lo ve con otros ojos: «Nunca he jugado bien aquí, ésta es la primera vez que he sentido que he podido jugar como yo quería». El de Manacor es el segundo tenista en encadenar victorias en Montreal y Cincinnati desde Andy Roddick en 2003. El estadounidense ganó semanas después el Open estadounidense.
Dentro de seis días arranca el Abierto de Estados Unidos: Nadal es el segundo cabeza de serie, pero muchos preferirán caer en el cuadro por el lado de Djokovic, primer preclasificado.
La posibilidad de que el español recupere el número uno del ranking en Nueva York es real. Si lo consigue, ya no habrá un ‘top’ sobre el papel y otro sobre la cancha. Solo habrá uno: Nadal.
