El español Fernando Verdasco estuvo ayer al borde de dar un nuevo golpe monumental en el torneo de Wimbledon, pero terminó cayendo en cuartos ante el británico Andy Murray tras desperdiciar una ventaja de dos sets a cero.
Número dos del ‘ranking’, el escocés se impuso al madrileño por 4-6, 3-6, 6-1, 6-4 y 7-5 en una cancha central del All England Club que pasó del silencio a la ebullición y se medirá por un lugar en la final al polaco Jerzy Janowicz, que batió a su compatriota Lukasz Kubot 7-5, 6-4 y 6-4.
«Fue una atmósfera increíble. Luché desde el primer punto hasta el último y saqué adelante un partido increíble», apuntó Murray tras casi tres horas y media de juego.
«Él lo hizo muy bien en los primeros dos sets, está jugando como lo hacía hace unos años. Pero yo empecé a jugar más sólido desde el tercer set», indicó el de Dunblane, que no se mostró sorprendido por el nivel de Verdasco.
«No es una advertencia, ya sé lo buenos que son los jugadores. Verdasco es un jugador muy, muy bueno», confesó el local, que busca convertirse en el primer jugador británico en ganar en Wimbledon desde que lo consiguió Fred Perry en el año 1936.
Verdasco repitió ayer el gran nivel mostrado durante todo el torneo y estuvo cerca de generar una nueva sorpresa en la capital británica tras las eliminaciones de Rafa Nadal y Roger Federer.
Más allá de la renta de dos parciales desperdiciada, el español llegó a contar con una ventaja de 0-30 cuando Murray servía 4-4 en la quinta manga y que en caso de concretar hubiera tenido la posibilidad de servir para el partido.
Bajo la mirada de Alex Ferguson y con miles de hinchas sufriendo frente a la tradicional pantalla gigante detrás de la cancha número uno, Murray sacó adelante el partido más complicado que se le presentó en el campeonato.
Por otro lado, el argentino Juan Martín del Potro luchará mañana contra el serbio Novak Djokovic por un puesto en la final después de ganar al español David Ferrer en tres mangas.
Número ocho del ‘ranking’, el argentino batió por 6-2, 6-4 y 7-6 al alicantino, mientras que el balcánico ganó por 7-6, 6-4 y 6-3 al checo Tomas Berdych en un duelo que terminó a la misma hora.
Tras una temporada irregular, Del Potro consumó una de las mejores victorias de su carrera. Pese a tener la rodilla izquierda maltrecha, el de Tandil sacó su mejor repertorio para batir a su oponente, un resultado que nadie hubiera imaginado a los pocos minutos de que comenzara el encuentro. Nada más arrancar, el sudamericano corrió a por una pelota y, tras torcerse la rodilla izquierda, cayó aparatosamente sobre el césped.
El tenista quedó tendido varios segundos con gestos de mucho dolor y al borde del llanto. Su continuidad era una verdadera incógnita, pero, tras llamar al fisioterapeuta y tomarse un calmante, probó unos juegos más y la jugada le salió redonda.
Del Potro apenas podía correr, pero sus golpes mantenían su máxima precisión y el encuentro tomó entonces un rumbo inesperado. El argentino rompió el servicio de su rival y tomó el mando del encuentro. Paradójicamente, la lesión le hizo acentuar aún más su estrategia de atacar todo el tiempo y jugar puntos lo más cortos posibles.
Obligado por el físico, Del Potro sacó su mejor repertorio, el mismo que lo vio ganar el Abierto de Estados Unidos en 2009: reveses paralelos ganadores, cruzados, ‘passings’, derechazos furiosos y, sobre todo, un saque imparable.
El número ocho se llevó así los dos primeros sets con autoridad y, pese a la resistencia de Ferrer en una tercera manga, definió el encuentro con un espectacular revés paralelo tras un largo peloteo.
A unos cuantos metros de la pista central, Novak Djokovic, el número uno del mundo, pero relegado a la segunda cancha, no dio opción alguna a un Tomas Berdych que desperdició el único momento de desconcentración del serbio. El checo mandaba con 3-0 y servicio a favor en la tercera manga, pero el de Belgrado remontó y avanzó a semifinales.
