Después de un proceso de más de dos años, la reforma local ha sido finalmente aprobada esta semana y ahora falta por ver, cómo este nuevo texto va a llevar a la práctica la nueva ordenación del territorio en nuestra Comunidad. Si hay que atenerse a los argumentos que se han utilizado en su aprobación, esta nueva Ley pretende garantizar y mantener la calidad de los servicios que presta la Administración a nivel local y cabe preguntarse, si para ello ha sido necesario un nuevo texto legal, porque lo que sigue a esta reforma es la definición del nuevo mapa administrativo en nuestra Comunidad.
En los tiempos que corren esta indefinición es preocupante y aún lo es más que nuestros gobernantes dediquen todas sus energías a dibujar en el mapa un nuevo diseño administrativo y no a promover ideas y proyectos que traigan progreso y desarrollo a este territorio, que eso sí sería trabajar de una manera efectiva por nuestra Comunidad, que no olvidemos sigue ostentando unos datos sumamente negativos en temas tan fundamentales como la generación de empleo y donde crece de manera alarmante el aumento de los índices de pobreza. El futuro que nos reflejan estos datos es realmente preocupante y ante una situación tan grave hay que preguntarse por qué no se mueve ninguno de los cimientos y resortes de esta sociedad, porque en el horizonte que nos presentan, no se ven esas décimas de mejora de los datos económicos que tanto gusta a nuestros políticos. Ahora pretenden vendernos que una nueva legislación nos va a garantizar una mejor calidad de vida y mejores servicios y deberían darse cuenta, que para garantizar esa mejor calidad de vida, tendrían que empezar por promover nuevas inversiones y proyectos en comarcas como la de Cuéllar, donde la Junta de Castilla y León no ha invertido prácticamente nada en estos últimos cuatro años. Lo demás son papeles mojados.