Una mañana primaveral acompañó el desarrollo de la última de las actividades incluída en la programación de Semana Santa del municipio: la procesión de El Encuentro. Las imágenes de Nuestra Señora de La Soledad y el Cristo Resucitado fueron los protagonistas de esta procesión. El sol que lució durante toda la mañana animó al público a seguir el desfile, especialmente en la salida de las imágenes y en su momento final en la Plaza Mayor.
La imagen de la Virgen de La Soledad partió de la nave central de la iglesia de San Francisco portada en andas por sus cofrades y vistiendo el manto de Gloria color crema cubierto por una mantilla negra. Desde allí, se dirigió hacia la Plaza de San Francisco por las calles Carchena y Santa Cruz hasta llegar a la Plaza Mayor. Los cofrades vestían en esta ocasión el capuchón en color crema, igual al del manto de Gloria que la Virgen lucirá en su hornacina de la iglesia de San Miguel durante los 50 días de Pascua. La Soledad realizó el recorrido acompañada de su banda de cornetas y tambores.
La imagen del Cristo Resucitado portada en andas por miembros de la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, partió de la iglesia de El Salvador y se dirigió a la Plaza Mayor por las calles Arévalo, Segovia, Trinidad y Santa Marina acompañada por la banda de cornetas y tambores de los nazarenos.
Tras el Encuentro con el Resucitado y los saludos entre ambas imágenes, la virgen se despojó de la mantilla negra, y lució el manto de Gloria. Momento en que se soltaron palomas. Previamente el párroco de la villa hizo una lectura y sonaron unos cánticos.
Concluídos los actos, el Cristo Resucitado accedió al templo de San Miguel para presidir la misa y La Soledad volvió a San Francisco en procesión.
