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Una fiesta para sentir al santo

por Redacción
26 de octubre de 2013
García Portela

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Si las decenas de segovianos que ayer abandonaron la ciudad en busca de ofertas y descuentos en centros comerciales de la periferia madrileña hubieran experimentado las sensaciones que la fiesta de San Frutos dejó en la memoria de quienes se quedaron en la capital, en años sucesivos dejarían el afán consumista para mejor ocasión. A fuerza de humildad y cariño, como el que destiló el patrón en su paso por esta tierra, la fiesta que recuerda al patrón de Segovia consigue año tras año subrayar su carácter popular sin necesidad de grandes alharacas, solamente dejando a los segovianos la capacidad de sentir como suyo a su patrón y expresarlo en la calle.

Como todos los años, todo comenzó ante la puerta de la catedral al filo de la medianoche, donde los segovianos asistieron al «milagroso paso de la Hoja» del libro de la vida que San Frutos sostiene en su mano en la escultura que le representa. Ayudado por la Venerable Cofradía del Paso de la Hoja, San Frutos avanzó un capítulo más de su eterno libro, que este año contó con la magnífica ilustración de Luis Jesús Labrador, que quiso recrear el paisaje del Duratón en su deseo de que «prenda en nosotros tu amor por esta tierra y sus habitantes».

A los sones de los instrumentistas de la Escuela de Dulzainas, el «Paso de la hoja» dejó su lugar a las «sopas del Santo», preparadas por la Asociación de Cocineros con esmero. Las cerca de 2.000 raciones preparadas para este evento no sólo sirvieron para reponer fuerzas en una fría noche, sino que también servirán para cubrir las necesidades asistenciales que atiende la asociación «San Francisco de Asís», ya que la recaudación obtenida con el donativo por las sopas irá a parar a este colectivo. La música de la charanga «La Parrúx Dixie Band» y del grupo «Die Schubertiade» en la Plaza Mayor amenizaron la velada hasta bien entrada la madrugada.

El día de San Frutos amaneció lluvioso y con la amenaza de deslucir la fiesta, pero finalmente el tiempo pareció sumarse a la alegría festiva permitiendo celebrar los actos previstos. La primera cita, en el trascoro de la Catedral, donde más de 300 voces y medio centenar de músicos interpretaron el «Villancico» que Antonio Hidalgo compuso hace 137 años en honor al patrón y que este año tenía dos significativos debutantes: el director del coro, José María García Portela y la voz infantil, este año a cargo de Luis López, de 14 años, integrante de la Escolanía de Segovia.

García Portela consiguió transmitir a voces e instrumentos la pasión y el entusiasmo por interpretar esta pieza y dirigió con sentimiento y sensibilidad toda la obra, mientras que Luis López superó con profesionalidad el «miedo escénico» para ofrecer un emotivo solo que, sin duda, llegó al corazón del «siervo bueno y fiel». A buen seguro, desde el cielo, el llorado Félix París -cuyo violín integró durante casi medio siglo esta peculiar orquesta- intercedió ante el santo para que el villancico que tanto amó sonara ayer de forma brillante.

Tras el villancico, tuvo lugar la eucaristía presidida por el obispo Ángel Rubio, y al concluir el oficio religioso, la Plaza Mayor volvió a ser escenario de la fiesta. En los soportales, la Asociación Micológica ofrecía a los segovianos la muestra de setas y hongos de temporada, que conectan con el carácter ecologista de esta festividad.

Enfrente, en el quiosco, la banda de la Unión Musical Segoviana, junto al Cuadro Lírico «Julián Gayarre» y el grupo de danzas «La Esteva» ponían el brillante contrapunto musical a la jornada. Desde el quiosco, el alcalde entregó la estatuilla de San Frutos elaborada por Ignacio Sanz al folclorista Ismael Peña, en su condición de «Amigo de San Frutos»; que agradeció emocionado y pidió que los segovianos «sigamos escribiendo páginas de gloria en el libro de San Frutos». Después llegó el turno del hostelero Cándido López Cuerdo, que este año fue el encargado de dar lectura al «Romance del Santo Eremita».

La interpretación del “Himno a Segovia” puso fin a la fiesta que más une a los segovianos… y por menos dinero.

Rock segoviano y Enrique Villarreal en las fiestas del barrio

Centenares de jóvenes asistieron ayer en el barrio de San Frutos al macroconcierto en el que se dieron cita cinco de las mejores bandas segovianas y que tuvo como colofón la actuación del ex-Barricada Enrique Villarreal. Organizado por el Mercado Municipal de La Albuera con motivo de su 30 aniversario, el concierto colmó las expectativas de un público ávido de música, que ayer pudo disfrutar de bandas como Excómunion, Ácido, El Canto del Bobo, Sinverguenza y Residual, que ofrecieron sus mejores temas. A la medianoche, fue el turno de “El Drogas”, que recreó algunos de los éxitos de l mítico grupo navarro que lideró durante años, y ofreció sus nuevas canciones.

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