Carlo Ancelotti hizo ayer varias promesas en su presentación como nuevo técnico del Real Madrid para las próximas tres temporadas: buen fútbol, relación cordial y darlo todo por la ‘décima’ Liga de Campeones. «El club más prestigioso del mundo tiene que ganar jugando un fútbol espectacular. Vamos a trabajar por jugar un fútbol que pueda dar a los aficionados felicidad», aseguró para intentar resolver las numerosas dudas existentes sobre su propuesta.
La promesa llegó tras una jornada intensa para el italiano, que estuvo siempre acompañado por Florentino Pérez, y que le recordó el deseo de todos los aficionados de volver a levantar la Copa de Europa. «Para el club, la Champions es el título más deseado».
Ancelotti intervino después en un esforzado español en el que mezcló levemente el italiano y hasta el francés. Y, a pesar de sus 54 años y su larga experiencia en los banquillos, no disimuló su nerviosismo. «El trabajo no es fácil, pero tengo todo lo que necesito aquí. Tengo el apoyo del presidente, del club y de todos los aficionados. Esta temporada será una temporada de felicidad para el Real Madrid», manifestó.
Después del acto en el palco del estadio Santiago Bernabéu, el transalpino se dirigió a la sala de prensa del estadio Santiago Bernabéu, el lugar donde la pasada temporada se vivieron momentos muy tensos con José Mourinho como entrenador.
Esta vez todo fue más suave. En el lugar que hace tres años ocupó Jorge Valdano junto al luso, se situó esta vez Emilio Butragueño. Y por primera vez en mucho tiempo los periodistas sonrieron tras algunas frases del entrenador.
Lo primero que hizo Ancelotti fue confirmar que, junto a él, estará sentado en el banquillo Zinedine Zidane, que será su segundo. «Fue un jugador fantástico y él ha decidido tener un papel de entrenador. Estoy feliz de estar a su lado. Será un asistente muy bueno, aparte de Paul Clement», explicó.
Sin embargo, no expresó ninguna petición sobre posibles fichajes de cara a la temporada que viene. «En los próximos días vamos a hablar de qué es lo que necesita. No tengo mucha necesidad de jugadores. Este equipo es muy bueno. Es posible que pueda haber algún cambio, pero no habrá muchos», expresó.
Además, retomó el guante lanzado por su presidente: «La décima es el gran objetivo. Yo tengo la ambición y responsabilidad de intentarlo. Es una motivación tan grande que puede ayudar a tener una gran motivación de trabajo».
Por otro lado, Ancelotti se mostró sorprendido por el papel de «pacificador» atribuido por los medios tras la convulsa ‘era Mourinho’. «Quiero tener buena relación con los jugadores. Siempre la he tenido. No soy el pacificador, aunque no es una palabra tan mala», dijo entre risas.
A pesar del contrato de tres años, el italiano no cree que el club blanco sea su última etapa en los banquillos. «No será el final, pero tengo la esperanza de estar aquí mucho tiempo», declaró.
También se refirió a Kaká, quien dio su mejor nivel con él en el Milan, aunque no garantizó minutos para el brasileño. «Espero verlo entrenar para después decidir, pero, a día de hoy, sigue estando aquí».
Sin embargo, reconoció el trabajo de Íker Casillas: «Lo conozco muy bien. Es un portero fantástico, un gran capitán. Tiene que merecer jugar, y eso vale para todos los jugadores y todos los equipos».
Por último, tras prometer «profesionalidad y esfuerzo», el técnico italiano se despidió de todos con tanta corrección como cansancio. Comienza la ‘era Ancelotti’ en el Real Madrid.
