Con la inminente llegada de la primavera, las aves acuáticas de los países del norte de Europa que han pasado los meses de invierno en la provincia de Segovia están empezando a levantar el vuelo para dirigirse a sus lugares de origen. Allí permanecerán casi hasta noviembre, cuando el frío vuelva a impulsar a estas aves a viajar a la Península Ibérica, donde disfrutarán de unas “cálidas” vacaciones.
Como ya viene siendo tradicional durante la estancia de estas aves en Segovia, personal de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta ha recorrido los humedales de la provincia —un total de 36— para realizar un censo invernal de acuáticas. La coordinación ha correspondido a la jefa de la sección de Espacios Naturales y Especies Protegidas, Elena Hernández. Al igual que en Segovia, en el resto del territorio nacional se realiza por provincias, desde 1978, un “inventario”, con la intención de sacar una “foto fija” de la invernada de aves.
De acuerdo a los datos facilitados por la Junta, en Segovia se han censado, entre los días 10 y 21 de enero, un total de 1.687 aves acuáticas, pertenecientes a 14 especies diferentes. Dicha cifra es bastante más baja que la media de los últimos censos. En cualquier caso, los expertos suelen advertir que el valor de estos datos es “relativo”, puesto que para sacar conclusiones de los mismos se requiere el análisis de una serie larga de años.
Este año, las mayores concentraciones de aves acuáticas se han producido en la Laguna de la Iglesia (Villagonzalo de Coca), con 266 ejemplares censados, y el embalse de Linares del Arroyo (Maderuelo), con idéntico número. Por cantidad de ejemplares, siguen la laguna de El Espadañal (Cuéllar), con 223; el embalse de Las Vencías (San Miguel de Bernuy, Fuente el Olmo de Fuentidueña y Fuentidueña), con 201; y el embalse de Juarros de Voltoya, con 171.
La especie más abundante este invierno en Segovia ha sido, como es habitual, el ánade azulón (1.203). Sigue, a gran distancia, el cormorán grande (237), que siente especial predilección por el embalse de Las Vencías, donde la colonia es superior a 170 ejemplares.
De las otras doce especies registradas, ninguna supera el centenar de ejemplares. Cercetas comunes se han visto 70, fochas comunes 44, somormujos lavancos 38 y zampullines chicos 24. Otras especies censadas han sido cuchara común (18), gaviota sombría (16) y silbón europeo (10). La única rareza descubierta ha sido un cisne vulgar, en el embalse de Linares del Arroyo.
para ver patos A nivel nacional se controlan anualmente cerca de 500 humedales, en los que suelen censarse alrededor de 150 especies, aunque hay fuertes variaciones interanuales. Los mejores lugares para ver patos son las marismas del Guadalquivir, el delta del Ebro, la Albufera de Valencia, y las lagunas de Villafáfila, en Zamora. En este último enclave, la mayor concentración de aves se produce entre los meses de noviembre y febrero. Además, la Reserva de las Lagunas de Villafáfila alberga miles avutardas, constituyendo así el principal núcleo de esta especie a nivel mundial.