«Soportamos con garra» es la divisa de la Escuadrilla de Transmisiones número 3 del Ejército del Aire, ubicada en el Acuartelamiento Aéreo ‘Alto de los Leones’. La garra del león que figura en su emblema con el fondo de las montañas sostiene las comunicaciones que transitan diariamente por este centro de telecomunicaciones ubicado a más de 1.500 metros de altura sobre el nivel del mar en el corazón de la Sierra de Guadarrama. Situado entre las comunidades autónomas de Madrid y Segovia, el lema tambien podría definir la capacidad de la dotación del acuartelamiento para soportar climas extremos y rachas de viento que en ocasiones alcanzan los 120 kilómetros por hora; aunque en este caso la importancia estratégica de este centro de transmisiones -situado en el centro de España- deja en segundo plano cualquier eventualidad meteorológica.
Aun siendo un acuartelamiento aéreo y dependiente del Ejército del Aire, en sus instalaciones no se ven aviones, y unas espectaculares antenas se sitúan en el centro de su espacio, que en un 80 por ciento se ubica en el municipio de El Espinar y el 20 por ciento restante en la localidad madrileña de Guadarrama. La misión de este acuartelamiento no es operativa, pero es tanto o más importante que el despliegue de cualquier escuadrilla, ya que su cometido es garantizar los sistemas de comunicaciones que hacen posible el éxito de cualquier operativo, así como intervenir en la gestión del funcionamiento de la Red Conjunta de Telecomunicaciones (RCT) del Ministeroio de Defensa.
La complejidad de la mayor parte de los sistemas de comunicaciones y de los equipos que se emplean para su desarrollo hacen que la labor de la Escuadrilla de Transmisiones número 3 sea «un tanto oscura», según reconoce el jefe de la escuadrilla capitán Juan Carlos Gutiérrez, aunque su valor reside no sólo en hacer posible comunicaciones fluidas y eficaces entre los distintos sistemas de las Fuerzas Armadas, sino el mantenimiento y la actualización de los equipos y el personal técnico que las hacen posibles.
En su origen, la unidad surge en 1965 con la entrada en servicio de la Red de Microondas del Ejército del Aire, dependiente entonces de la Jefatura de Transmisiones de la 1ª Región Aérea. En la década de los 60 del pasado siglo se buscaba una ubicación para una estación de microondas en el centro de España como lugar de paso para las comunicaciones entre el norte y el sur, y el Alto de Los Leones fue el lugar elegido por sus condiciones de altitud y su localización geográfica. Años más tarde, en 1991 se creó el acuartelamiento aéreo ‘Alto de los Leones’, que en la actualidad alberga el único centro nodal atendido (CNA) de toda la red de telecomunicaciones de las Fuerzas Armadas.
La especialización de la misión de la Escuadrilla de Transmisiones debe desarrollar obliga a contar con una plantilla de profesionales especializados en este ámbito, por lo cual, en el acuartelamiento proliferan los oficiales y suboficiales expertos en mecánica de electrónica y de avión, aunque la versatilidad de los trabajos a realizar a lo largo de la jornada obliga a tener más de un ‘gorro’ -como coloquialmente se denominan a las responsabilidades añadidas a su labor diaria- Sobre este aspecto, el capitán Gutiérrez manifestó que la rutina diaria en el acuartelamiento es «hacer que los sistemas funcionen» a través del trabajo de mantenimiento preventivo y correctivo de las instalaciones.
Una visión conjunta Así, la escuadrilla se incorpora de manera decisiva al apoyo de los sistemas de mando y control que trabajan de forma operativa y coordinada en los tres ejércitos, de manera que cualquier acción de defensa pueda tener una visión conjunta que permita abordarla con éxito. El capitán Gutiérrez asegura que actualmente, los sistemas de defensa «no pueden ir por separado, sino que necesitan tener una visión de conjunto sobre el dominio del espacio aéreo, marítimo y terrestre, y para ello, es imprescindible tener una red fiable que no sólo permita comunicaciones fluidas, sino que también pueda sobreponerse lo más rápido posible ante cualquier error o mal funcionamiento».
De este modo, el acuartelamiento cuenta con un avanzado sistema tecnológico salvaguardado por fuertes medidas de seguridad que obliga a realizar una actualización constante de la formación recibida al personal que lo atiende. El centro funciona las 24 horas del día durante todos los días del año, lo que supone también un esfuerzo logístico importante para mantener las instalaciones en las mejores condiciones para el personal civil y militar que allí trabaja.
Desde el acuartelamiento no sólamente se gestionan todas las comunicaciones de la red de Defensa, sino que se habilitan sistemas de protección de la información considerada de mayor importancia, habilitando caminos de entrada y salida que permitan dirigir especificamente determinados datos de especial interés.
De cara al futuro más inmediato, la Escuadrilla de Transmisiones está ya sibre la pista para trabajar en aquellos aspectos relacionados con la evolución de las nuevas tecnologías y los riesgos que su uso puede tener para la seguridad nacional. Así, aspectos como la ciberseguridad o los drones no son ajenos al trabajo del acuartelamiento, a la espera de que se determinen las órdenes a aplicar.
El brigada José Luis Martín, responsable de relaciones con los medios del acuartelamiento, asegura que lo más importante de la labor de la escuadrilla es que su trabajo «pase desapercibido». «En nuestra casa, vemos como lo más normal descolgar el teléfono para hacer una llamada y que haya línea, pero cualquier problema en la comunicación nos descentra -aseguró- y aquí en la escuadrilla tratamos de que las comunicaciones sean siempre buenas, tomando como base el principio de mejorar día tras día que tenemos en la unidad».