La primera ministra británica, Theresa May, ha ratificado su intención de apoyarse en los unionistas de Irlanda del Norte para «formar un gobierno capaz de facilitar certidumbre» tras la pérdida de la mayoría absoluta sufrida por los conservadores en las generales y ha ratificado su intención de iniciar «las cruciales conversaciones» del Brexit «en diez días», el plazo que la Unión Europea tenía previsto.
En una declaración institucional en Downing Street tras haber comunicado a la Reina Isabel II en el Palacio de Buckingham su intención de continuar en el Número 10 pese al varapalo electoral, May ha expresado su «confianza» en que los ‘tories’ y sus «amigos y aliados» del Partido Unionista Democrático (DUP, en sus siglas en inglés) pueden «trabajar juntos» y se ha mostrado convencida de las posibilidades de «cumplir con la promesa del Brexit», incluso ante la extrema vulnerabilidad derivada de su falta de hegemonía en Westminster.
En su intervención sin preguntas tras una audiencia de apenas 20 minutos con la soberana británica, una ‘premier’ que ha sufrido uno de los reveses más memorables de la historia política reciente ha declarado que «lo que el país necesita más que nunca es certidumbre» y se ha reivindicado como quien tiene la capacidad de «guiar a este país en un tiempo crítico».