Si alguien pensaba que la tensión entre el Real Madrid y el Sporting de Gijón, azuzada por las declaraciones de sus respectivos técnicos, se iba a acabar tras el partido en El Molinón (0-1), se equivocaba.
La polémica continuó después del duelo, siguió ayer y amenaza con prolongarse durante bastante tiempo.
Manolo Preciado, preparador de los asturianos, confirmó que se vio involucrado en un incidente en la zona de parking del estadio tras el compromiso.
De acuerdo a su versión, José Mourinho le hizo un gesto desde el autobús ‘merengue’, al igual que otro miembro del cuerpo técnico blanco, con quién él se encaró.
Por su parte, Cristiano Ronaldo no dudó en calificar al Sporting como un «equipo violento». Cabe resaltar que el delantero recibió varias entradas duras a lo largo del choque, entre ellas una de Alberto Botía, que terminó con la expulsión del defensa.
La opinión del luso fue replicada ayer por el rojiblanco Alberto Rivera, quien le recomendó «fijarse más en lo que hizo él, que se pasó todo el partido provocando y dando patadas».
El centrocampista, formado en la cantera del Madrid, se mostró indignado por lo sucedido. «A mí me inculcaron allí una serie de valores que no se parecen en nada a los que observé en el campo».
La plantilla del Sporting también dirigió sus críticas hacia Pepe, a quien acusa de hacer cortes de manga a la grada cuando Gonzalo Higuaín marcó.
Por último, el director de relaciones institucionales del Madrid, Emilio Butragueño, también ‘entró al trapo’. «Trajimos a Mourinho no para hacer amigos, sino para construir un bloque campeón».
En definitiva, parece que costará retornar a la cordialidad.
